Manuel Calviño Valdés-Fauly (Facultad de Psicología. Universidad de La Habana. Cuba.) \n calvino@infomed.sld.cuEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesitas tener Javascript activado para poder verla
Los conceptos y nociones tradicionales con los que operamos en nuestra geometría psíquica están claramente delimitados. Pero, de alguna manera, su inscripción distancia nuestro discurso del discurso de nuestro usuario y por ende del sentido cotidiano de nuestras prácticas. Junto a esto las prácticas de la psicología, así como sus practicantes, han estado barrocamente “multicotomizados” por paradigmas de ruptura y diferenciación. A pesar de esto, existe una unidad. Nos llamamos psicólogos no casualmente, hacemos psicología. Argumentos existen. Pero la unidad real de una profesión se realiza en su intencionalidad social. La intención es la meta, es la utopía posible desde el accionar profesional insertado en una realidad social, económica, política. Una profesión es “profesión en si”, acudiendo a una analogía de la teorización marxista de las clases, mientras existe como conjunto más o menos articulado o relacional de personas que realizan prácticas similares, tienen percepciones y autopercepciones comunes en su perfil profesional y guardan relaciones análogas con su entorno. Solo cuando el gremio toma consciencia de su misión profesional y la asume deviene “profesión para si”, que no significa que es profesión para ella misma, sino profesión para realizar su rol social, aquello por lo que ella existe. La identidad de una profesión, su consciencia real de existencia, se fragua en una misión que se constituye como tal en una suerte de destino asumido con carácter inexorable. La suma de las voluntades intencionalmente dirigidas a un propósito. Así, como existe (existió) un suprasentido en las praxis de los que hicieron emerger la psicología como ciencia, así mismo, hay un suprasentido que sustenta la unidad real, la misión aglutinante de la psicología como praxis profesionales, y más particularmente en las praxis profesionales de la psicología en el campo de la clínica, la salud. Podemos (y debemos) construir una hipótesis, que al menos nos refuerce la energía positiva (tan necesaria en estos tiempos difíciles). Entonces ¿cuál es la misión de los profesionales “psi”? ¿cuál es la unidad de los psicólogos que andamos esparcidos por el mundo sembrando bienestar? Dinosaurios… a volar!!! Nuestra misión desde y para siempre es la felicidad.
ALFEPSI Editorial nace en el segundo congreso de la Asociación Latinoamericana para la Formación y la Enseñanza de la Psicología ‑ALFEPSIcelebrado en Concepción ‑Chileen octubre de 2013. El primer congreso se había realizado en el año 2012 en Ciudad de Panamá, un año después de la creación formal de ALFEPSI en Cajamarca, Perú. 17 países de América Latina conforman este proyecto de integración de la psicología que se ha propuesto como uno de sus objetivos fundamentales contribuir a la formación de psicólogas y psicólogos con un alto nivel de compromiso socio-histórico con las complejas problemáticas de nuestras comunidades.
Como parte de la apuesta ético-política por la recuperación de la memoria histórica de los pueblos latinoamericanos, ALFEPSI Editorial se ha comprometido con la sistematización, visibilización y reproducción democrática del pensamiento psicológico elaborado en y desde nuestras propias realidades.
Este libro es el primer resultado de dicha apuesta como sello editorial. Tenemos la certeza de que vendrán muchos más, pues la psicología latinoamericana se encuentra en un momento histórico de construcción de autonomía en el que la producción intelectual propia se ha fortalecido desde la praxis situada de cada uno de los países latinoamericanos representados en ALFEPSI.
Los autores de los textos contenidos en el presente libro, somos todos de una profunda convicción latinoamericanista. Nos une la esperanza de otra Psicología para América Latina. Una psicología que le aporta a la paz y al buen vivir de todas y todos sin ningún tipo de exclusión, marginalización, segregación o dominación.
Nuestro primer espacio de convergencia institucional fue ULAPSI (la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología). Fue allí donde como miembros activos de nuestras instituciones apoyamos la idea de instituir el día 8 de octubre, como Día de la Psicología Latinoamericana. Hoy seguimos defendiendo la decisión de entonces, convencidos de que el Che, su pensamiento, su acción, su vida, representan una luz proyectada desde ayer y que alumbra desde mañana la actuación profesional y científica de la Psicología para nuestro continente.
El libro que presentamos a continuación es el resultado de muchos diálogos, encuentros, debates, afectos, solidaridades y luchas. Encuentros entre compañeros, colegas, amigos, combatientes de la Psicología latinoamericana.
Sus páginas han sido construidas desde la utopía y desde el compromiso con la construcción de esa otra psicología que tanto necesita nuestra América. Incluimos en el presente volumen cinco ensayos libres sobre la presencia del Che en la psicología latinoamericana. Se trata de un trabajo colectivo de análisis crítico sobre los posibles aportes de Ernesto Che Guevara a la psicología en el continente latinoamericano. Para ello se abordan categorías desarrolladas en la praxis del Che Guevara tales como la dimensión ética de la vida, los valores necesarios para la construcción del hombre nuevo, la desalienación frente a la colonización; la solidaridad y la hermandad entre los pueblos; la importancia del arte y la educación en la vida cotidiana; y de manera esencial la importancia de la coherencia ‑la coherencia política, ética, cultural-la manera de ser militante a diario de todo aquel que se diga comprometido con la transformación de las condiciones de existencia de nuestros pueblos.
No se pretende con estas páginas agotar la discusión sobre la posible relación del Che Guevara con la Psicología Latinoamericana. Al contrario, se busca establecer puentes para el diálogo y la praxis sobre la importancia de buscar cada vez más altos niveles de articulación de la Psicología de la Patria Grande con el pensamiento humanista emancipador, del cual el Che Guevara es un digno representante.
Edgar Barrero Cuellar Coordinador ALFEPSI Editorial
Autoridades de Amapsi, compañeros, familiares y amigos:
Los integrantes de la primera generación del Diplomado en Psicoterapia Sexual, les damos la más cordial bienvenida y agradecemos su presencia en la Ceremonia de Clausura de las actividades correspondientes.
Hemos organizado este acto con el deseo e interés de compartir con ustedes algunas de las significativas y retadoras experiencias que el Diplomado nos aportó. Su estructura programática, la calidad, riqueza y variedad de los materiales presentados. La calidez, conocimientos y competencia académica de nuestra ponente, la licenciada Cecilia Quero, favorecieron que cada miércoles por la tarde se abriera un paréntesis en la cotidianeidad de nuestras vidas para embarcarnos en la singular aventura de navegar por el proceloso océano de la sexualidad humana; para conocer y comprender las diversas facetas de este aspecto fundamental de la vida del hombre.
De esta manera, en un ambiente de permisividad pero también de respeto, de apertura fundamentada en conceptos teóricos orientadores, de emotividad equilibrada con la reflexión, arribamos a nuevos y estimulantes aprendizajes, de los cuales sólo mencionaremos algunos de ellos.
Entendimos que a pesar de que es evidente que desde la década de los 60as se gestó y se ha llevado a cabo una Revolución Sexual, y que el tema del sexo pasó de la mojigatería y restricciones de la moral victoriana a ser un tema que se trata a la luz del día y en todas partes, no por ello ha dejado de ser causa de angustia y culpa para gran número de personas debido a la ignorancia y prejuicios que aún persisten en nuestra sociedad.
Sustentamos que muchas de las actitudes sexuales del adulto se conforman desde la más tierna infancia por la influencia del contexto parental, familiar y social, a través de diversas conductas y tradiciones como: el color con que visten a los niños según el sexo, los juguetes que les dan, la forma como les demuestran su amor, el modo como los acarician, el nombre que les dan a sus órganos sexuales, las expectativas que tienen acerca de lo que es ser hombre o mujer, y que son adoptados de manera inconsciente por los infantes, formando parte de lo “no pensado”.
Comprendimos que la capacidad para relacionarnos sexualmente con otra u otras personas, depende en gran medida de cómo nos relacionamos en ese sentido con nosotros mismos: qué jerarquía le damos a nuestras necesidades y deseos, cuánto conocemos nuestro cuerpo, sobre todo las zonas erógenas, cómo las mimamos y cuidamos, que nos inhibe, qué nos seduce, qué nos excita.
Clarificamos que la sexualidad es una experiencia subjetiva que integra aspectos biológicos, psicológicos y sociales que se traducen en actitudes y comportamientos, en un proceso dinámico que nos puede hacer transitar del placer sensual al erótico y al coital, matizados todos ellos por aspectos cognoscitivos, afectivos y espirituales.
Finalmente, concluimos que como terapeutas sexuales una de nuestras tareas primordiales es la de coadyuvar a que los pacientes logren una vida sexual plena, responsable y satisfactoria, a partir de los recursos maravillosos con los que cuentan como lo son el deseo, la fantasía, la imaginación, los valores y la creatividad.
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