Diplomado en Formación de Psicoterapeutas*

En este diplo­ma­do se ana­li­zan diver­sos enfo­ques, con­cep­tos y téc­ni­cas psi­co­te­ra­péu­ti­cas, inclu­yen­do la Teo­ría de la Pra­xis, para la cual, la psi­co­te­ra­pia con­sis­te en ayu­dar a los “pacien­tes” a rever­tir su frus­tra­ción, ais­la­mien­to y vacío emo­cio­nal, rea­li­zan­do accio­nes que trans­for­men su entorno y pro­pi­cien víncu­los afec­ti­vos más inten­sos. La Teo­ría de la Pra­xis es una pro­pues­ta cien­tí­fi­ca cons­trui­da por el Dr. Mar­co Eduar­do Murue­ta, que se con­ci­be como here­de­ra de la tra­di­ción dia­léc­ti­ca y pro­duc­to de un diá­lo­go res­pe­tuo­so y crí­ti­co con algu­nos de los auto­res más impor­tan­tes de la psi­co­lo­gía.

A tra­vés del diplo­ma­do, los par­ti­ci­pan­tes aten­de­rán –de mane­ra pro­fe­sio­nal y exi­to­sa– pade­ci­mien­tos psi­co­ló­gi­cos en pacien­tes, median­te la apli­ca­ción con­cep­tual y meto­do­ló­gi­ca sis­te­má­ti­ca y, de mane­ra espe­cí­fi­ca, de ins­tru­men­tos y téc­ni­cas psi­co­te­ra­péu­ti­cos efi­ca­ces.

Diri­gi­do a psi­có­lo­gos, estu­dian­tes de psi­co­lo­gía (míni­mo 75% de cré­di­tos de licen­cia­tu­ra), psi­quia­tras y pro­fe­sio­nes afi­nes.

Con­sul­ta los requi­si­tos.

* Este diplo­ma­do, jun­to con el de Psi­co­lo­gía Clí­ni­ca Apli­ca­da, for­man la Espe­cia­li­dad en Psi­co­lo­gía Clí­ni­ca, la cual tie­ne como pro­pó­si­to pro­fun­di­zar en el domi­nio de cono­ci­mien­tos teó­ri­cos, téc­ni­cos y meto­do­ló­gi­cos en esta área y ampliar la capa­ci­ta­ción pro­fe­sio­nal, inte­gran­do cohe­ren­te­men­te los con­te­ni­dos de ambos diplo­ma­dos.

Módulos

  1. Salud psi­co­ló­gi­ca y socie­dad con­tem­po­rá­nea

  2. Teo­ría y prác­ti­ca de la entre­vis­ta clí­ni­ca

  3. Psi­co­pa­to­lo­gías

  4. Eva­lua­ción psi­co­ló­gi­ca y diag­nós­ti­co clí­ni­co

  5. Téc­ni­cas para el tra­ba­jo clí­ni­co

  6. Psi­co­te­ra­pia fami­liar y gru­pal

  7. Aná­li­sis de casos clí­ni­cos y prác­ti­ca tera­péu­ti­ca

Versión presencial

CDMX

Ini­cia: 4 de mar­zo
Sába­dos 10 am a 2 pm

Versión en línea

Opción 1

Ini­cia: 2 de mar­zo
Jue­ves 7 a 9 pm

Opción 2

Ini­cia: 4 de mar­zo
Sába­dos 10 am a 12

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Un terrorista, una sociedad

 

Foto: Guille DesFoto: Gui­lle Des

 

Este bre­ve escri­to no pre­ten­de dar un aná­li­sis moral del fenó­meno del terro­ris­ta, sino tan solo, un alcan­ce de cómo el con­tex­to terro­ris­ta y el con­tex­to socie­dad, muchas veces, y erró­nea­men­te; se ena­je­nan entre sí.

No es ser terro­ris­ta que un hijo u otro fami­liar ame­na­ce a un anciano, tam­po­co lo es, el terror que pue­de infun­dir un padre alcohó­li­co al lle­gar a casa. Un terro­ris­ta tie­ne un víncu­lo y pro­pó­si­to social y polí­ti­co, el cual es, derro­car a un esta­do o gobierno a cos­ta de todo, enmar­cán­do­se así en una lucha de poder con­ti­nuo, don­de el terror social es sem­bra­do por ambas par­tes: terro­ris­ta y esta­do, cada uno a su modo y cir­cuns­tan­cias. La socie­dad es el obje­to y el medio para hacer saber el pode­río, en otras pala­bras: el aplas­ta­mien­to de la socie­dad, con­lle­va­rá a per­pe­tuar el poder del terro­ris­ta, o del esta­do per­ver­so. Con­ti­nua­men­te, terro­ris­ta y esta­do se envían seña­les para demos­trar­se quien es el más fuer­te.

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