Estrategias para tener una comunicación asertiva con mis hijos — Mtro. Rodrigo Cortés Chávez

El maes­tro Rodri­go Cor­tez Chá­vez pre­sen­tó una char­la sobre estra­te­gias para mejo­rar la comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de la escu­cha acti­va y el len­gua­je no ver­bal. Des­ta­có la nece­si­dad de crear un entorno segu­ro para el diá­lo­go, espe­cial­men­te con ado­les­cen­tes, y ofre­ció con­se­jos prác­ti­cos para for­ta­le­cer los víncu­los fami­lia­res y fomen­tar la con­fian­za. La sesión con­clu­yó con una ron­da de pre­gun­tas y res­pues­tas, y se anun­cia­ron pró­xi­mas acti­vi­da­des rela­cio­na­das con la crian­za y el desa­rro­llo de los jóve­nes.

Comunicación con los hijos

Rosa­rio pre­sen­ta al maes­tro Rodri­go Cor­tez Chá­vez, quien dará una char­la sobre estra­te­gias para tener una comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos. El maes­tro Rodri­go intro­du­ce el tema expli­can­do que actual­men­te la comu­ni­ca­ción cara a cara es difí­cil, ya que los jóve­nes se comu­ni­can prin­ci­pal­men­te por medios elec­tró­ni­cos. Defi­ne la comu­ni­ca­ción como el acto de tener algo en común y com­par­tir­lo, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de encon­trar pun­tos en común con los hijos. Expli­ca los ele­men­tos bási­cos de la comu­ni­ca­ción (emi­sor, recep­tor, men­sa­je, canal y códi­go) y des­ta­ca la rele­van­cia del con­tex­to en el pro­ce­so comu­ni­ca­ti­vo.

Tipos de lenguaje en comunicación

El maes­tro expli­ca los dife­ren­tes tipos y fun­cio­nes del len­gua­je en la comu­ni­ca­ción. Des­ta­ca que el len­gua­je no solo inclu­ye aspec­tos fono­ló­gi­cos y gra­ma­ti­ca­les, sino que tam­bién tie­ne influen­cia en aspec­tos psi­co­ló­gi­cos, socia­les, cul­tu­ra­les y afec­ti­vos. Des­cri­be varios tipos de len­gua­je, inclu­yen­do el oral, escri­to, kiné­si­co, pro­xé­mi­co, icó­ni­co y foné­ti­co, expli­can­do cómo cada uno con­tri­bu­ye a la comu­ni­ca­ción. Ade­más, enfa­ti­za la impor­tan­cia del len­gua­je no ver­bal y cómo las pos­tu­ras y ges­tos pue­den trans­mi­tir infor­ma­ción adi­cio­nal en una con­ver­sa­ción.

Escucha activa es clave

En la reu­nión, Mtro enfa­ti­zó la impor­tan­cia de la escu­cha acti­va en la comu­ni­ca­ción efec­ti­va. Des­ta­có que la mayo­ría de las accio­nes dia­rias están influen­cia­das por la comu­ni­ca­ción y que la escu­cha acti­va pue­de pre­ve­nir malen­ten­di­dos y pro­ble­mas. Mtro tam­bién seña­ló que la escu­cha acti­va es una habi­li­dad que requie­re pres­tar aten­ción, inter­pre­tar y dar sig­ni­fi­ca­do a las seña­les que lle­gan del exte­rior. Enfa­ti­zó que la escu­cha acti­va no es solo un pro­ce­so sen­so­rial, sino que impli­ca pro­ce­sos más com­ple­jos como pres­tar aten­ción, intere­ses, afec­ti­vi­dad y pen­sa­mien­to. Mtro con­clu­yó con una defi­ni­ción de escu­cha acti­va de Carl Rogers, que inclu­ye escu­char con los oídos, los ojos, la men­te, el cora­zón y la ima­gi­na­ción.

Escucha activa y lenguaje no verbal

El maes­tro dis­cu­te la impor­tan­cia de la escu­cha acti­va en la comu­ni­ca­ción con los hijos. Enfa­ti­za que los padres deben pres­tar aten­ción com­ple­ta, con­tro­lar su ego, reco­no­cer los sen­ti­mien­tos de sus hijos y admi­tir cuan­do no han escu­cha­do. Ade­más, des­ta­ca la rele­van­cia del len­gua­je no ver­bal y el con­tac­to visual para demos­trar inte­rés. El maes­tro tam­bién seña­la la impor­tan­cia del silen­cio en la comu­ni­ca­ción, espe­cial­men­te con ado­les­cen­tes, sugi­rien­do que a veces solo es nece­sa­rio acom­pa­ñar­los sin hablar. Final­men­te, men­cio­na que estos ele­men­tos son fun­da­men­ta­les para lograr una comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos.

Comunicación asertiva con los hijos

El maes­tro enfa­ti­za la impor­tan­cia de la comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos, espe­cial­men­te duran­te la ado­les­cen­cia. Des­ta­ca la nece­si­dad de iden­ti­fi­car emo­cio­nes, crear un entorno segu­ro para el diá­lo­go, y mos­trar inte­rés genuino en sus mun­dos e intere­ses. Pro­po­ne estra­te­gias como escu­char acti­va­men­te, alen­tar la con­ver­sa­ción, hacer pre­gun­tas para com­pren­der mejor, y reco­no­cer sus sen­ti­mien­tos. El maes­tro seña­la que una comu­ni­ca­ción efec­ti­va ele­va la auto­es­ti­ma, for­ta­le­ce los víncu­los fami­lia­res, redu­ce con­flic­tos y fomen­ta la con­fian­za, sub­ra­yan­do que es cru­cial escu­char para enten­der, no solo para res­pon­der.

Recuperar confianza en adolescentes

Rodri­go Cor­tés Chá­vez con­clu­ye su pre­sen­ta­ción y res­pon­de pre­gun­tas del públi­co. Abor­da cómo recu­pe­rar la con­fian­za de un hijo, sugi­rien­do admi­tir erro­res, pres­tar aten­ción a sus intere­ses y reto­mar el diá­lo­go. Sobre la comu­ni­ca­ción con ado­les­cen­tes que usan mucho el celu­lar, Rodri­go seña­la la impor­tan­cia de refle­xio­nar sobre cómo lle­gó el dis­po­si­ti­vo a manos del menor y si los padres tam­bién mues­tran un com­por­ta­mien­to simi­lar con la tec­no­lo­gía.

Sorprende a tus hijos con interés

El maes­tro enfa­ti­za la impor­tan­cia de conec­tar con los ado­les­cen­tes aden­trán­do­se en su mun­do, inclu­so si esto impli­ca par­ti­ci­par en acti­vi­da­des que no son del agra­do de los padres, como ver Tik­Tok o jugar video­jue­gos. Reco­mien­da sor­pren­der posi­ti­va­men­te a los hijos, mos­trar inte­rés genuino en sus acti­vi­da­des y apren­der a escu­char sin juz­gar. Des­ta­ca que es cru­cial escu­char no solo con los oídos, sino tam­bién con los ojos, el cora­zón, la men­te y la ima­gi­na­ción para acom­pa­ñar efec­ti­va­men­te a los hijos en sus pro­ce­sos de cre­ci­mien­to y apren­di­za­je.

¿Cómo mejorar la atención y memoria en mis hijos? — Psic. Jocelyn Reyes Fonseca

La psi­có­lo­ga Jocelyn Reyes Fon­se­ca dis­cu­tió estra­te­gias para mejo­rar la aten­ción y memo­ria en niños, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de enten­der cómo fun­cio­na el cere­bro y adap­tar las expec­ta­ti­vas según la edad del niño. Tam­bién com­par­tió estra­te­gias para mejo­rar el apren­di­za­je y la orga­ni­za­ción, el uso del jue­go en el desa­rro­llo infan­til y estra­te­gias para mane­jar niños con pro­ble­mas de aten­ción y TDAH. Por últi­mo, ofre­ció con­se­jos para regu­lar el uso de dis­po­si­ti­vos móvi­les en casa, la impor­tan­cia de la cola­bo­ra­ción entre padres, tera­peu­tas y escue­las, y la impor­tan­cia de la psi­co­edu­ca­ción para los padres.

Mejorando la atención y memoria

La maes­tra Jocelyn Reyes Fon­se­ca da una char­la sobre cómo mejo­rar la aten­ción y memo­ria en los niños. Expli­ca que la memo­ria es la capa­ci­dad del cere­bro para rete­ner y recor­dar even­tos pasa­dos, mien­tras que la aten­ción fun­cio­na como un fil­tro para los estí­mu­los ambien­ta­les. Jocelyn des­ta­ca que los niños apren­den de dife­ren­tes mane­ras, ya sea visual, audi­ti­va o kines­té­si­ca­men­te, y que es impor­tan­te enten­der cómo fun­cio­na el cere­bro para mejo­rar estos pro­ce­sos. Men­cio­na que la aten­ción de los niños y ado­les­cen­tes está dis­mi­nu­yen­do, posi­ble­men­te debi­do a la influen­cia de los dis­po­si­ti­vos elec­tró­ni­cos.

Funciones ejecutivas del desarrollo cognitivo

Jocelyn expli­ca las fun­cio­nes eje­cu­ti­vas en psi­co­lo­gía, que se uti­li­zan para medir la inte­li­gen­cia y el coefi­cien­te inte­lec­tual. Estas fun­cio­nes inclu­yen razo­na­mien­to, pla­ni­fi­ca­ción, fija­ción de metas, toma de deci­sio­nes, orga­ni­za­ción, con­trol de aten­ción, memo­ria, pro­ce­sa­mien­to de infor­ma­ción y fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va. Jocelyn enfa­ti­za que estas fun­cio­nes se desa­rro­llan con el tiem­po y depen­den del ambien­te, la esti­mu­la­ción y las nece­si­da­des de apren­di­za­je del indi­vi­duo. Ella des­ta­ca la impor­tan­cia de adap­tar las expec­ta­ti­vas según la edad del niño, expli­can­do cómo estas fun­cio­nes se mani­fies­tan en dife­ren­tes eta­pas del desa­rro­llo.

Mejora el aprendizaje y la organización

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mejo­rar el apren­di­za­je y la orga­ni­za­ción en niños. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de pla­near tiem­pos, usar inter­va­los para tareas, fomen­tar la com­pren­sión lec­to­ra y uti­li­zar orga­ni­za­do­res o pla­nea­do­res. Jocelyn seña­la que las nue­vas gene­ra­cio­nes apren­den de mane­ra dife­ren­te debi­do a los cam­bios en el sis­te­ma edu­ca­ti­vo y el uso de tec­no­lo­gías, lo que afec­ta el desa­rro­llo de habi­li­da­des como la aten­ción y la memo­ria. Sugie­re imple­men­tar estas estra­te­gias en casa para ayu­dar a los niños a mejo­rar su desem­pe­ño y orga­ni­za­ción, espe­cial­men­te aque­llos con difi­cul­ta­des de aten­ción.

Juegos para niños: desarrollo y psicoterapia

Jocelyn expli­ca la impor­tan­cia del jue­go en el desa­rro­llo infan­til y su uso en psi­co­te­ra­pia. Des­ta­ca cómo los jue­gos ayu­dan a los niños a regu­lar emo­cio­nes, desa­rro­llar fun­cio­nes eje­cu­ti­vas y mejo­rar la tole­ran­cia a la frus­tra­ción, espe­cial­men­te des­pués de los 7 años. Jocelyn com­par­te ejem­plos de su tra­ba­jo con dos pacien­tes: Este­ban, de 6 años, con quien usa jue­gos para ense­ñar estra­te­gias y regu­lar con­duc­tas, y Domi­ni­que, de 12 años, con quien tra­ba­ja la fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va y la aten­ción. Reco­mien­da que los padres jue­guen con sus hijos en casa para refor­zar estas habi­li­da­des.

Mejorando la atención y la memoria

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mejo­rar la aten­ción y memo­ria en niños y adul­tos. Reco­mien­da jugar con los niños al menos una vez por sema­na duran­te 45 minu­tos, adap­tan­do el nivel de jue­go para que sea una com­pe­ten­cia sana. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de regu­lar el uso de dis­po­si­ti­vos elec­tró­ni­cos y fomen­tar acti­vi­da­des que desa­rro­llen habi­li­da­des físi­cas, cog­ni­ti­vas y de len­gua­je. Sugie­re uti­li­zar jue­gos de mesa, labe­rin­tos, sopas de letras y cru­ci­gra­mas para mejo­rar la aten­ción y memo­ria, así como la lec­tu­ra com­pren­si­va. Jocelyn tam­bién des­ta­ca la nece­si­dad de adap­tar las estra­te­gias de estu­dio al esti­lo de apren­di­za­je de cada niño y la impor­tan­cia de la fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va en la tera­pia.

Mejorar la motricidad fina en niños

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mejo­rar la motri­ci­dad fina y el aga­rre del lápiz en niños, como usar mate­ria­les de ensar­te y colo­res jum­bo o trian­gu­la­res. Tam­bién abor­da cómo tra­ba­jar la aten­ción y memo­ria con niños con sín­dro­me de Down, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de cen­trar­se en un estí­mu­lo a la vez y adap­tar las estra­te­gias según las capa­ci­da­des indi­vi­dua­les. Para mini­mi­zar las dis­trac­cio­nes en el aula, Jocelyn sugie­re redu­cir los estí­mu­los visua­les y limi­tar los mate­ria­les en el espa­cio de tra­ba­jo del niño.

TDAH y manejo conductual

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mane­jar niños con pro­ble­mas de aten­ción en el aula, como el “rin­cón de la cal­ma” y asig­nar­les tareas de ayu­da. Ella tam­bién acla­ra que el TDAH no se pue­de diag­nos­ti­car antes de los 7 años y des­cri­be sus sín­to­mas, como difi­cul­tad para per­ma­ne­cer sen­ta­do y auto­rre­gu­la­ción. Jocelyn sugie­re modi­fi­ca­cio­nes curri­cu­la­res para niños con TDAH, como redu­cir la can­ti­dad de tra­ba­jo y sen­tar­los cer­ca del maes­tro. Ade­más, reco­mien­da la psi­co­te­ra­pia y el mane­jo con­duc­tual en casa y en la escue­la para estos niños.

Regulación del uso móvil en casa

Jocelyn ofre­ce estra­te­gias para regu­lar el uso de dis­po­si­ti­vos móvi­les en casa, inclu­yen­do el uso de con­trol paren­tal y apli­ca­cio­nes como Family Link para limi­tar el tiem­po de uso. Reco­mien­da esta­ble­cer inter­va­los de tiem­po y ofre­cer acti­vi­da­des alter­na­ti­vas. Ade­más, enfa­ti­za la impor­tan­cia de tra­ba­jar la fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va y las fun­cio­nes eje­cu­ti­vas, espe­cial­men­te en niños y ado­les­cen­tes. Jocelyn sugie­re vol­ver a méto­dos tra­di­cio­na­les de apren­di­za­je como resú­me­nes y mapas men­ta­les para mejo­rar la aten­ción y memo­ria, des­ta­can­do la impor­tan­cia del jue­go y la inter­ac­ción per­so­nal en el desa­rro­llo cog­ni­ti­vo y emo­cio­nal.

Colaboración para niños hiperactivos

La con­fe­ren­cia abor­da estra­te­gias para ayu­dar a niños con hiper­ac­ti­vi­dad y la impor­tan­cia de la cola­bo­ra­ción entre padres, tera­peu­tas y escue­las. Jocelyn enfa­ti­za que el tra­ba­jo con niños y ado­les­cen­tes debe invo­lu­crar tan­to a la escue­la como a la tera­pia y el hogar, des­ta­can­do la impor­tan­cia de la psi­co­edu­ca­ción para los padres. Se anun­cia una pró­xi­ma con­fe­ren­cia sobre comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos y se men­cio­na un nue­vo espa­cio psi­co­edu­ca­ti­vo para jóve­nes lla­ma­do “Tu rollo en con­fian­za”.

Acompañamiento familiar en casos de duelo infantil — Mtra. Claudia Elizabeth Roldán Castro

Clau­dia pre­sen­tó sobre el acom­pa­ña­mien­to fami­liar en casos de due­lo infan­til, expli­can­do las mani­fes­ta­cio­nes y eta­pas del pro­ce­so de due­lo, así como la impor­tan­cia de reco­no­cer y abor­dar las pér­di­das en la infan­cia. Enfa­ti­zó la nece­si­dad de pro­por­cio­nar herra­mien­tas ade­cua­das a los niños para enfren­tar la adver­si­dad, adap­tan­do el acom­pa­ña­mien­to según su edad y desa­rro­llo, y des­ta­có la impor­tan­cia de la auto­rre­gu­la­ción emo­cio­nal de los adul­tos en este pro­ce­so. Final­men­te, com­par­tió recur­sos y reco­men­da­cio­nes para ayu­dar a niños y ado­les­cen­tes a pro­ce­sar el due­lo y las pér­di­das, inclu­yen­do con­se­jos sobre cómo mane­jar situa­cio­nes espe­cí­fi­cas como el diag­nós­ti­co de enfer­me­da­des cró­ni­cas en niños.

  • Pro­ce­sar su pro­pio dolor y emo­cio­nes antes de acom­pa­ñar a los niños en el due­lo.
  • Expli­car la pér­di­da o muer­te a los niños de mane­ra cla­ra y sin­ce­ra, de acuer­do a su nivel de desa­rro­llo.
  • Per­mi­tir que los niños par­ti­ci­pen en los ritua­les fune­ra­rios, expli­cán­do­les pre­via­men­te lo que suce­de­rá.
  • Com­par­tir sus emo­cio­nes con los niños de mane­ra apro­pia­da, mos­tran­do que está bien sen­tir­se tris­te.
  • Man­te­ner las ruti­nas de los niños lo más pron­to posi­ble des­pués de una pér­di­da.
  • Bus­car ayu­da pro­fe­sio­nal si el due­lo per­sis­te o se com­pli­ca.
  • Uti­li­zar recur­sos como libros y pelí­cu­las para ayu­dar a los niños a enten­der y pro­ce­sar el due­lo.
  • Escu­char acti­va­men­te a los niños y per­mi­tir­les expre­sar sus emo­cio­nes y pre­gun­tas sobre la pér­di­da.
  • Refor­zar la segu­ri­dad y el amor hacia los niños duran­te el pro­ce­so de due­lo.
  • Cui­dar su pro­pia salud emo­cio­nal para poder acom­pa­ñar ade­cua­da­men­te a los niños.

Acompañamiento familiar en casos de duelo infantil

Clau­dia pre­sen­ta sobre el acom­pa­ña­mien­to fami­liar en casos de due­lo infan­til. Ella enfa­ti­za la impor­tan­cia de recor­dar nues­tras pro­pias expe­rien­cias de pér­di­da en la infan­cia para enten­der mejor las nece­si­da­des de los niños. Clau­dia expli­ca que la fami­lia es el lugar don­de los niños desa­rro­llan segu­ri­dad y recur­sos para enfren­tar cri­sis, y que cual­quier pér­di­da, inclu­so para bebés muy peque­ños, pue­de tener un impac­to sig­ni­fi­ca­ti­vo. Ella des­ta­ca que lo más impor­tan­te no es solo el even­to de pér­di­da, sino cómo la fami­lia acom­pa­ña y con­sue­la al niño duran­te el pro­ce­so.

Pérdidas en la infancia

Clau­dia expli­ca que las pér­di­das en la infan­cia pue­den incluir cam­bios en la ruti­na, estruc­tu­ra fami­liar y rela­cio­nes, como la pér­di­da de una mas­co­ta o el cam­bio de resi­den­cia. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de reco­no­cer estas pér­di­das apa­ren­te­men­te peque­ñas, que los adul­tos a menu­do pasan por alto, pero que son sig­ni­fi­ca­ti­vas para los niños. Clau­dia defi­ne el due­lo como una res­pues­ta emo­cio­nal total a la pér­di­da, que impli­ca una gama de pen­sa­mien­tos, sen­ti­mien­tos y con­duc­tas, y des­ta­ca la impor­tan­cia de abor­dar la incer­ti­dum­bre y el mie­do que los niños pue­den expe­ri­men­tar duran­te el pro­ce­so de due­lo.

Duelo en niños

Clau­dia expli­ca cómo el due­lo se mani­fies­ta de mane­ra inte­gral en los niños, afec­tan­do su com­por­ta­mien­to, pro­ce­sos men­ta­les y ape­go. Des­ta­ca la impor­tan­cia de dar herra­mien­tas a los peque­ños para enfren­tar la adver­si­dad en lugar de sobre­pro­te­ger­los, con el obje­ti­vo de que logren la inde­pen­den­cia. Ade­más, des­cri­be las diver­sas mani­fes­ta­cio­nes del due­lo, inclu­yen­do sín­to­mas físi­cos, cam­bios con­duc­tua­les, pro­ble­mas cog­ni­ti­vos y alte­ra­cio­nes emo­cio­na­les, enfa­ti­zan­do que los adul­tos deben mane­jar sus pro­pias emo­cio­nes para poder ense­ñar a los niños.

Proceso de duelo y recursos personales

Clau­dia expli­ca las dife­ren­tes mani­fes­ta­cio­nes y eta­pas del pro­ce­so de due­lo, tan­to a nivel indi­vi­dual como fami­liar. Des­ta­ca que el due­lo no es sim­ple­men­te acep­tar la pér­di­da, sino pro­ce­sar­la a tra­vés de diver­sas fases que pue­den durar años, depen­dien­do de los recur­sos per­so­na­les y las cir­cuns­tan­cias. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de abor­dar el due­lo de mane­ra inte­gral, aten­dien­do a las mani­fes­ta­cio­nes físi­cas, con­duc­tua­les, cog­ni­ti­vas, psi­co­ló­gi­cas y espi­ri­tua­les. Ade­más, men­cio­na que en el con­tex­to fami­liar, el due­lo afec­ta la diná­mi­ca del sis­te­ma y requie­re un enfo­que espe­cí­fi­co para su mane­jo.

Acompañamiento de duelo familiar

Clau­dia expli­ca las eta­pas y tareas del pro­ce­so de due­lo fami­liar, enfo­cán­do­se en cómo acom­pa­ñar a los niños según su edad. Des­ta­ca la impor­tan­cia de reco­no­cer la reali­dad de la pér­di­da, com­par­tir la expe­rien­cia, reor­ga­ni­zar el sis­te­ma fami­liar y crear nue­vos víncu­los. Enfa­ti­za la nece­si­dad de pro­por­cio­nar infor­ma­ción cla­ra y sin­ce­ra, incluir a los niños en el pro­ce­so, y adap­tar el acom­pa­ña­mien­to según la eta­pa de desa­rro­llo del niño. Clau­dia sub­ra­ya la impor­tan­cia de la auto­rre­gu­la­ción emo­cio­nal de los adul­tos para mode­lar un afron­ta­mien­to segu­ro y ayu­dar a los niños a expre­sar sus emo­cio­nes y sen­sa­cio­nes.

Procesando el dolor propio

En la reu­nión, clau­dia habló sobre la impor­tan­cia de com­pren­der y pro­ce­sar el dolor pro­pio al tra­tar con situa­cio­nes difí­ci­les. Ella enfa­ti­zó la nece­si­dad de cues­tio­nar las pro­pias creen­cias y pro­por­cio­nar expli­ca­cio­nes cla­ras a los niños, adap­ta­das a su nivel de desa­rro­llo. Clau­dia tam­bién des­ta­có el valor de par­ti­ci­par en ritua­les como una opor­tu­ni­dad para des­pe­dir­se de la per­so­na que murió. Sugi­rió que los padres deben estar pre­pa­ra­dos para res­pon­der pre­gun­tas de los niños y expre­sar sus pro­pias emo­cio­nes duran­te estos momen­tos difí­ci­les. Final­men­te, enfa­ti­zó la impor­tan­cia de pro­por­cio­nar con­sue­lo y tran­qui­li­dad a los niños y ani­mar­los a expre­sar sus pro­pios sen­ti­mien­tos.

Acompañamiento en el proceso de duelo

Clau­dia expli­ca la impor­tan­cia de escu­char y acom­pa­ñar ade­cua­da­men­te en el pro­ce­so de due­lo, espe­cial­men­te en niños. Enfa­ti­za la nece­si­dad de vol­ver a la ruti­na lo antes posi­ble, pero crean­do espa­cios para ritua­les y bus­can­do apo­yo en la escue­la. Clau­dia des­ta­ca situa­cio­nes en las que se debe bus­car ayu­da pro­fe­sio­nal, como even­tos trau­má­ti­cos, due­los acu­mu­la­dos o cuan­do los cui­da­do­res pri­ma­rios tam­bién están afec­ta­dos. Final­men­te, pre­sen­ta dife­ren­tes enfo­ques tera­péu­ti­cos y meto­do­lo­gías como el coaching tana­to­ló­gi­co, la psi­co­te­ra­pia y la tana­to­lo­gía, sub­ra­yan­do la impor­tan­cia de ele­gir la herra­mien­ta ade­cua­da según las nece­si­da­des espe­cí­fi­cas de cada caso.

Recursos para el duelo infantil

Clau­dia com­par­te recur­sos y reco­men­da­cio­nes para ayu­dar a niños y ado­les­cen­tes a pro­ce­sar el due­lo y las pér­di­das. Sugie­re uti­li­zar libros, pelí­cu­las y mate­rial audio­vi­sual adap­ta­do a dife­ren­tes eda­des para abor­dar temas como la enfer­me­dad, la muer­te y el cán­cer. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de que los adul­tos sean cons­cien­tes de cómo mode­lan el mane­jo de las emo­cio­nes y el mie­do a los niños. Clau­dia tam­bién reco­mien­da sitios web como uni­cef y el luna para obte­ner infor­ma­ción adi­cio­nal sobre cómo acom­pa­ñar el pro­ce­so de due­lo en los jóve­nes.

Diagnóstico de diabetes infantil

Clau­dia ofre­ce con­se­jos sobre cómo mane­jar el diag­nós­ti­co de dia­be­tes infan­til en una niña de 9 años. Ella enfa­ti­za la impor­tan­cia de que los cui­da­do­res pri­ma­rios reci­ban apo­yo y ase­so­ra­mien­to antes de abor­dar el tema con la niña. Clau­dia sugie­re for­ta­le­cer el áni­mo de la niña, pro­por­cio­nar­le herra­mien­tas y segu­ri­dad, y evi­tar la lás­ti­ma. Tam­bién reco­mien­da que la fami­lia cues­tio­ne sus pro­pias creen­cias y mie­dos para no trans­mi­tir­los a la niña, y que se enfo­quen en desa­rro­llar su valen­tía y cora­je fren­te a la enfer­me­dad.

Inauguración. Roles e identidad en los adolescentes — Dr. Marco Eduardo Murueta Reyes

El Dr. Mar­co Eduar­do Murue­ta ana­li­za la iden­ti­dad y los roles en la ado­les­cen­cia. Expli­ca que los ado­les­cen­tes sufren una cri­sis de iden­ti­dad al dejar de ser niños pero aún no ser adul­tos, lo que gene­ra con­fu­sión e ines­ta­bi­li­dad emo­cio­nal. Pro­po­ne una “adul­ti­za­ción gra­dual” des­de la infan­cia, don­de los niños asu­man res­pon­sa­bi­li­da­des y tra­ba­jen de for­ma lúdi­ca para evi­tar una tran­si­ción brus­ca. Tam­bién seña­la la impor­tan­cia de man­te­ner víncu­los afec­ti­vos y de con­fian­za con los ado­les­cen­tes, así como de com­pren­der que sus con­flic­tos pue­den ser resul­ta­do de resen­ti­mien­tos acu­mu­la­dos duran­te la infan­cia.

Técnicas aplicables a casos de fobia social en adolescentes. Una mirada cognitivo-conductual — Mtra. Araceli Hernández

La maes­tra Ara­ce­li Her­nán­dez Veláz­quez pre­sen­ta una con­fe­ren­cia sobre téc­ni­cas cog­ni­ti­vo-con­duc­tua­les para tra­tar la ansie­dad social en ado­les­cen­tes. Expli­ca que este tras­torno se ha vuel­to más pre­va­len­te des­pués de la pan­de­mia, espe­cial­men­te en estu­dian­tes que pasa­ron de cla­ses en línea a pre­sen­cia­les. Des­cri­be un caso clí­ni­co de una ado­les­cen­te de 15 años con ansie­dad social y deta­lla el plan de tra­ta­mien­to, que inclu­yó rees­truc­tu­ra­ción cog­ni­ti­va, entre­na­mien­to en res­pi­ra­ción y rela­ja­ción, habi­li­da­des socia­les y expo­si­ción gra­dual. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de com­pren­der a fon­do al ado­les­cen­te y nor­ma­li­zar los cam­bios pro­pios de esta eta­pa. Pos­te­rior­men­te res­pon­de pre­gun­tas sobre inter­ven­ción, habi­li­da­des socia­les y mane­jo del diag­nós­ti­co con la escue­la.