Escuela para padres

Comunicación afectiva entre padres e hijos – Mtra. Patricia Sánchez

Esta con­fe­ren­cia se cen­tró en la comu­ni­ca­ción afec­ti­va entre padres e hijos, des­ta­can­do la impor­tan­cia de cons­truir víncu­los emo­cio­na­les sóli­dos. La maes­tra Patri­cia Sán­chez, psi­có­lo­ga con maes­tría en psi­co­te­ra­pia psi­co­ana­lí­ti­ca, com­par­tió estra­te­gias para mejo­rar la comu­ni­ca­ción fami­liar des­de el afec­to y el res­pe­to, enfa­ti­zan­do que no se tra­ta solo de trans­mi­tir pala­bras sino de cui­dar el víncu­lo y vali­dar las emo­cio­nes.

Conceptos clave

  • Comu­ni­ca­ción afec­ti­va: Conec­tar emo­cio­nal­men­te con los hijos, vali­dan­do sus sen­ti­mien­tos mien­tras se man­tie­nen lími­tes cla­ros
  • Escu­cha empá­ti­ca: Pres­tar aten­ción com­ple­ta sin inte­rrum­pir, juz­gar o dar con­se­jos inme­dia­tos
  • Vali­da­ción emo­cio­nal: Reco­no­cer los sen­ti­mien­tos de los hijos sin nece­sa­ria­men­te estar de acuer­do con sus accio­nes

Preguntas importantes planteadas

  • ¿Cómo pode­mos comu­ni­car­nos efec­ti­va­men­te con nues­tros hijos cuan­do esta­mos can­sa­dos o estre­sa­dos?
  • ¿Cómo repa­rar el víncu­lo cuan­do ya ha habi­do daño en la comu­ni­ca­ción?
  • ¿Por qué a veces, aun­que ama­mos a nues­tros hijos, no sabe­mos comu­ni­car ese amor?

Puntos clave y resumen de objetivos de aprendizaje

  • La comu­ni­ca­ción afec­ti­va impli­ca escu­char con empa­tía, vali­dar emo­cio­nes y hablar des­de el amor, no des­de el eno­jo
  • Los niños nece­si­tan sen­tir­se vis­tos, escu­cha­dos y com­pren­di­dos para desa­rro­llar una auto­es­ti­ma salu­da­ble
  • La for­ma en que nos comu­ni­ca­mos con nues­tros hijos cons­tru­ye su voz inter­na y afec­ta su desa­rro­llo emo­cio­nal
  • Es posi­ble repa­rar el víncu­lo cuan­do ha habi­do daño, a tra­vés del reco­no­ci­mien­to, el per­dón sin­ce­ro y accio­nes con­sis­ten­tes
  • Los niños no nece­si­tan padres per­fec­tos, sino padres pre­sen­tes y dis­po­ni­bles emo­cio­nal­men­te

Tema 1: Fundamentos de la comunicación afectiva

La comu­ni­ca­ción afec­ti­va va más allá de las pala­bras; impli­ca cómo deci­mos las cosas y des­de dón­de las deci­mos inter­na­men­te. Se basa en tres ele­men­tos prin­ci­pa­les: escu­char con empa­tía (sin inte­rrum­pir o juz­gar), vali­dar emo­cio­nes (reco­no­cer lo que sien­ten aun­que no este­mos de acuer­do) y hablar des­de el amor (no des­de el eno­jo). Esta for­ma de comu­ni­ca­ción requie­re tiem­po y pre­sen­cia real, no solo físi­ca. Es impor­tan­te enten­der que la comu­ni­ca­ción afec­ti­va no eli­mi­na la auto­ri­dad ni los lími­tes, sino que los hace más huma­nos y res­pe­tuo­sos. Cuan­do un niño se sien­te escu­cha­do y res­pe­ta­do, tien­de a coope­rar más, mien­tras que cuan­do se sien­te ata­ca­do o igno­ra­do, se cie­rra o se des­co­nec­ta.

Tema 2: Barreras en la comunicación y sus impactos

Muchas veces, aun­que ama­mos a nues­tros hijos, no sabe­mos comu­ni­car ese amor efec­ti­va­men­te. Esto pue­de deber­se a patro­nes apren­di­dos en nues­tra pro­pia infan­cia, don­de qui­zás no se habla­ba con afec­to o no se vali­da­ban las emo­cio­nes. Tam­bién influ­yen fac­to­res como el can­san­cio, el estrés y las pre­sio­nes dia­rias que ago­tan nues­tro “tan­que emo­cio­nal”. La for­ma en que nos comu­ni­ca­mos con nues­tros hijos tie­ne un impac­to pro­fun­do en su desa­rro­llo: cons­tru­ye o debi­li­ta su auto­es­ti­ma, afec­ta cómo apren­den a mane­jar sus emo­cio­nes, y deter­mi­na si desa­rro­llan con­fian­za para acu­dir a sus padres cuan­do tie­nen pro­ble­mas. La comu­ni­ca­ción afec­ti­va no es per­mi­si­vi­dad, sino esta­ble­cer lími­tes con res­pe­to.

Tema 3: Estrategias prácticas de comunicación

Para escu­char afec­ti­va­men­te, es nece­sa­rio mirar a los ojos, mos­trar pre­sen­cia con el cuer­po, per­mi­tir que el niño ter­mi­ne de hablar sin inte­rrup­cio­nes y com­pren­der lo que sien­te aun­que no este­mos de acuer­do. Para hablar de mane­ra que los hijos escu­chen, es impor­tan­te conec­tar antes de corre­gir (hacer con­tac­to visual), usar men­sa­jes cla­ros y con­cre­tos, cui­dar el tono de voz (fir­me pero sin agre­sión), acom­pa­ñar las pala­bras con len­gua­je cor­po­ral ade­cua­do, ofre­cer opcio­nes en lugar de órde­nes rígi­das, y evi­tar ser­mo­nes lar­gos o com­pa­ra­cio­nes. La vali­da­ción emo­cio­nal impli­ca reco­no­cer que lo que sien­ten es real y váli­do, sin nece­sa­ria­men­te estar de acuer­do con sus accio­nes.

Tema 4: Reparación del vínculo

Cuan­do ya ha habi­do daño en la comu­ni­ca­ción (gri­tos, dis­tan­cia, pala­bras hirien­tes), es posi­ble repa­rar el víncu­lo. Esto requie­re: reco­no­cer el daño sin jus­ti­fi­car­lo, pedir per­dón sin­ce­ra­men­te (no des­de la cul­pa o el orgu­llo), escu­char lo que el otro sin­tió sin inte­rrum­pir o corre­gir, repa­rar con accio­nes con­sis­ten­tes (no solo con pala­bras), y tener pacien­cia, ya que recons­truir la con­fian­za lle­va tiem­po. La repa­ra­ción es un acto de amor que demues­tra que amar no es no equi­vo­car­se nun­ca, sino reco­no­cer cuan­do heri­mos y com­pro­me­ter­nos a hacer­lo mejor.

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