por Marco Eduardo Murueta
La salud psicológica tiene como base el principio de la realidad, es decir, la sensación de que el mundo es independiente y por tanto que es algo que los demás perciben de manera similar. Sin embargo, la “realidad” no es exactamente la misma para dos o más personas diferentes. Cada quien acepta aquello que le rodea y a sí mismo con base en lo que ha aprendido a través de su vida. El “yo”, la percepción de si mismo, es producto de las experiencias y las relaciones sociales en que se desenvuelve una persona. Esto hace que cada quien considere como más o como menos valiosos los rasgos y características que posee, en contraste con los de otras personas que conoce.
Autoestima significa valoración de sí mismo, la cual puede ser alta o baja en diferentes casos y aspectos.
Uno de los problemas psicológicos más importantes en México y otros países similares es la gran cantidad de personas con baja autoestima. Esta situación les hace padecer inseguridad, nerviosismo, torpeza, preocupaciones exageradas, poca o nula iniciativa, envidia, celos, conflictos con los demás, hasta problemas de salud física derivados de los elementos anteriores.
Autoestima colectiva y autoestima personal
Uno de los elementos que influye más en la forma en como cada quien se percibe es la sensación de pertenencia a grupos, instituciones o clases sociales respecto a los cuales tiene un determinado sentimiento ya sea de admiración o desprecio. Quien se siente perteneciente a un grupo, institución o clase que valora mucho se siente orgulloso de sí mismo, mientras que se autodesprecia quien se siente parte de una colectividad devaluada. La pareja, la familia, el equipo, el centro de trabajo, la comunidad, el país y la humanidad son entidades colectivas cuya valoración o desvaloración afectará, para bien o para mal, a la autoestima de sus miembros.
Una persona que se aleja o se aísla durante períodos prolongados se desorienta respecto a sí mismo y la vida va perdiendo sentido, como una balsa que de noche en medio del mar no tiene estrellas o faros que le den significado a sus movimientos.
La sensación de amar y de ser amado, la integración afectiva, es algo básico para que cada quien se ame a sí mismo y tenga una elevada autoestima, para que le encuentre sentido a sus esfuerzos y gusto a la vida.
Sentimientos de autoestima
Los sentimientos que se presentan en las personas con una autoestima elevada son los siguientes.
- Sentirse útil | - Sentirse importante | - Sentirse inteligente |
- Sentirse bello | - Sentirse fuerte | - Sentirse sano |
- Sentirse admirado | - Sentirse querido | - Sentirse valiente |
- Sentirse audaz | - Sentirse atractivo | - Sentirse aceptado |
- Sentirse ingenioso | - Sentirse creativo | - Sentirse productivo |
- Sentirse cómodo | - Sentirse tranquilo | - Sentirse diferente |
- Sentirse exitoso | - Sentirse perseverante | - Sentise orgulloso |
- Sentirse hábil | - Sentirse necesario | - Sentirse sensual |
- Sentirse sabio | - Sentirse afortunado | - Sentirse poderoso |
- Sentirse dueño de sí mismo |
Estos sentimientos pueden presentarse en algunas áreas de actividad y no en otras.
Cuanto mayores sean estos sentimientos y más áreas abarquen mayor será la autovaloración de la persona. Por el contrario, si no se presentan o se presentan con poca intensidad, la autoestima será menor.
Si deseas hacer un análisis de tu propia autoestima, con sinceridad coloca un numero del 0 al 3 según la intensidad y frecuencia con que cada sentimiento se presenta en tu vida: 0 es “nunca o nada”, 1 es “poco o a veces”, 2 es “regular o con cierta frecuencia”, y 3 es “mucho o casi siempre”.
En algunos casos la autoestima se vuelve fanática y la persona se adora a sí misma. Esta patología psicológica generalmente representa una sobrecompensación que en realidad encubre una baja autoestima. La persona se aferra a sentirse más que como antes de un cambio brusco en las relaciones afectivas que aparecían estables. Es una especie de venganza contra aquellos que repentinamente le devaluaron después de que supuestamente le valoraban mucho. También puede generase por el temor a perder la valoración a la que se está acostumbrado. Esto conlleva estrés y sufrimiento de dicha persona y de quienes le rodean derivando en dramáticas situaciones conforme la realidad externa se impone a la fantasía ególatra.
¿Cómo contribuir para elevar la autoestima en personas que se sienten disminuidas?
- Ayudarle a reconocer sus habilidades o capacidades.
- Recordar conjuntamente anécdotas de los mejores momentos de su vida personal.
- Orientarle para modificar algunas ideas equivocadas que devalúen las características propias.
- Promover la realización de deseos y proyectos inmediatos que generen la chispa motivacional hacia proyectos de más largo alcance.
- Comentar y conocer a fondo los pasajes más agradables o admirables de la historia de los colectivos en que participa (pareja, familia, escuela, centro de trabajo, organización, país, humanidad).
- Proponerle llevar a cabo acciones para la construcción paulatina de relaciones afectivas cada vez más intensas y gratificantes.
- Ayudarle a ensayar y practicar la asertividad para expresar sentimientos de aprobación y rechazo en forma serena y cordial.
- Promover y retroalimentar su aprendizaje de expresión corporal de seguridad (mirar a los ojos, hacer ademanes y gestos expresivos coherentes, pararse y caminar con seguridad, etc.).
- Incentivar su participación en proyectos de trascendencia social afines a su historia y situación personal.
- Motivarle a probar cada vez experiencias de mayor éxito de acuerdo a los valores personales.
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