Impacto de una crianza autoritaria en los niños — Mtra. Araceli Hernández Velázquez

Ara­ce­li abor­dó la fun­ción de los padres en la edu­ca­ción de los hijos, dis­cu­tien­do dife­ren­tes esti­los de crian­za y sus efec­tos en el desa­rro­llo infan­til. Pre­sen­tó el con­cep­to de crian­za posi­ti­va, des­ta­can­do sus ele­men­tos cla­ve y cómo apli­car­la en situa­cio­nes coti­dia­nas. La dis­cu­sión inclu­yó pre­gun­tas de los par­ti­ci­pan­tes y enfa­ti­zó la impor­tan­cia de la auto­rre­fle­xión y la ges­tión emo­cio­nal de los padres en la imple­men­ta­ción de este enfo­que.

Crianza y educación de los hijos

Ara­ce­li dis­cu­te la fun­ción de los padres en la edu­ca­ción de los hijos, des­ta­can­do cómo las expe­rien­cias per­so­na­les y las expec­ta­ti­vas socia­les influ­yen en la crian­za.

Discutiendo diferentes estilos de crianza

Ara­ce­li dis­cu­te los dife­ren­tes esti­los de crian­za, inclu­yen­do el auto­ri­ta­rio, el per­mi­si­vo y el demo­crá­ti­co, expli­can­do sus carac­te­rís­ti­cas y efec­tos a cor­to, mediano y lar­go pla­zo en los niños. Ella enfa­ti­za la impor­tan­cia de que los padres sean cons­cien­tes de su esti­lo de crian­za y adap­ten su enfo­que según las nece­si­da­des cam­bian­tes de los hijos en dife­ren­tes eta­pas de desa­rro­llo. Ara­ce­li tam­bién des­ta­ca la nece­si­dad de equi­li­brio en la crian­za y la impor­tan­cia de la comu­ni­ca­ción y la nego­cia­ción entre padres e hijos.

Crianza positiva: afectividad, diálogo

Ara­ce­li pre­sen­ta infor­ma­ción sobre la crian­za posi­ti­va, des­ta­can­do sus tres ele­men­tos cla­ve: afec­ti­vi­dad, diá­lo­go y nego­cia­ción. Expli­ca que este esti­lo de crian­za bus­ca escu­char al niño, vali­dar sus opi­nio­nes y esta­ble­cer reglas a tra­vés de la comu­ni­ca­ción y el acuer­do mutuo. Los par­ti­ci­pan­tes hacen pre­gun­tas sobre la dife­ren­cia entre esti­los de crian­za y cómo apli­car la crian­za posi­ti­va en situa­cio­nes coti­dia­nas. Ara­ce­li com­par­te recur­sos adi­cio­na­les y se dis­cu­te la impor­tan­cia de la auto­rre­fle­xión y la ges­tión emo­cio­nal de los padres en la imple­men­ta­ción de este enfo­que.

¿Quién debe ir a terapia, los padres o los niños? — Mtra. Denise Ivette Monti Palacios

La psi­có­lo­ga Deni­se Mon­ti pre­sen­tó una char­la sobre la impor­tan­cia de la tera­pia psi­co­ló­gi­ca para niños y fami­lias, abor­dan­do temas como quién debe­ría ir a tera­pia, los desa­fíos de la tera­pia fami­liar y las situa­cio­nes en las que es impor­tan­te bus­car ayu­da pro­fe­sio­nal. Dis­cu­tió los cam­bios en las diná­mi­cas fami­lia­res, el impac­to de dife­ren­tes esti­los de crian­za y la nece­si­dad de que los padres se invo­lu­cren acti­va­men­te en el pro­ce­so tera­péu­ti­co de sus hijos. La char­la con­clu­yó con una sesión de pre­gun­tas y res­pues­tas, don­de se abor­da­ron inquie­tu­des espe­cí­fi­cas sobre el pro­ce­so de tera­pia y se anun­ció la pró­xi­ma sesión sobre el impac­to de la crian­za auto­ri­ta­ria en los niños.

Terapia: padres o niños

La maes­tra Deni­se Mon­ti pre­sen­ta una char­la sobre quién debe­ría ir a tera­pia: los padres o los niños. Expli­ca que gene­ral­men­te son los adul­tos quie­nes acu­den a tera­pia por ini­cia­ti­va pro­pia, mien­tras que los niños son lle­va­dos por sus padres o por reco­men­da­ción de la escue­la. Deni­se seña­la que cuan­do se sugie­re tera­pia para un niño, los padres sue­len sen­tir­se juz­ga­dos y fra­ca­sa­dos en su papel, lo que pue­de lle­var a reac­cio­nes como eno­jo, ver­güen­za o des­li­gar­se de la situa­ción. Enfa­ti­za que estos sen­ti­mien­tos se deben en par­te a los tabúes que aún exis­ten sobre la tera­pia psi­co­ló­gi­ca.

Impacto del parenting en los hijos

Deni­se dis­cu­tió los desa­fíos de la tera­pia fami­liar, inclu­yen­do la difi­cul­tad para que los padres se invo­lu­cren y se comu­ni­quen efec­ti­va­men­te con sus hijos, y cómo esto pue­de afec­tar el pro­ce­so tera­péu­ti­co. Tam­bién des­ta­có cómo los com­por­ta­mien­tos de los padres pue­den mol­dear la iden­ti­dad y el com­por­ta­mien­to de sus hijos, con dife­ren­tes esti­los de paren­ting (auto­ri­ta­rio, per­mi­si­vo, negli­gen­te) tenien­do impac­tos sig­ni­fi­ca­ti­vos. Por últi­mo, enfa­ti­zó la impor­tan­cia de com­pren­der y abor­dar estos fac­to­res para lograr un cre­ci­mien­to y desa­rro­llo salu­da­bles en los niños.

Psicoeducación para familias

Deni­se dis­cu­tió los cam­bios en las diná­mi­cas fami­lia­res y la impor­tan­cia de la inter­ac­ción social para los niños, des­ta­can­do los efec­tos nega­ti­vos de la tele­vi­sión, los telé­fo­nos y los depar­ta­men­tos. Ella tam­bién expli­có su enfo­que para la psi­co­te­ra­pia, que inclu­ye la psi­co­edu­ca­ción de los padres, sesio­nes indi­vi­dua­les y gru­pa­les, y la inter­ac­ción con el psi­quia­tra y la escue­la. Por últi­mo, men­cio­nó la tec­no­lo­gía del amor para padres e hijos y la impor­tan­cia de que los padres ten­gan herra­mien­tas para mejo­rar las rela­cio­nes fami­lia­res.

Importancia de la psicoterapia infantil

Deni­se expli­ca varias situa­cio­nes en las que es impor­tan­te lle­var a un niño a psi­co­te­ra­pia. Estas inclu­yen difi­cul­ta­des de apren­di­za­je, pro­ble­mas de con­cen­tra­ción, fal­ta de con­trol de impul­sos, agre­si­vi­dad, retra­sos en el desa­rro­llo, pro­ble­mas para con­tro­lar esfín­te­res, cam­bios fami­lia­res sig­ni­fi­ca­ti­vos, timi­dez extre­ma, difi­cul­tad para acep­tar lími­tes, bull­ying, depen­den­cia exce­si­va, tris­te­za per­sis­ten­te, tras­tor­nos ali­men­ta­rios, adic­ción a la tec­no­lo­gía y fobias. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de que los padres par­ti­ci­pen acti­va­men­te en el pro­ce­so tera­péu­ti­co de sus hijos y advier­te con­tra dar telé­fo­nos celu­la­res a niños peque­ños.

Terapia familiar con niños

Deni­se dis­cu­tió la impor­tan­cia de la tera­pia psi­co­ló­gi­ca para los niños y sus fami­lias, enfa­ti­zan­do la nece­si­dad de que los padres se invo­lu­cren en el pro­ce­so y tra­ba­jen en mejo­rar su rela­ción. Tam­bién abor­dó pre­gun­tas sobre cómo mane­jar situa­cio­nes en las que los niños son el sín­to­ma de con­flic­tos fami­lia­res y cómo comu­ni­car­se con los padres sobre estos pro­ble­mas. Deni­se enfa­ti­zó la nece­si­dad de que los padres asu­man la res­pon­sa­bi­li­dad de sus pro­ble­mas y tra­ba­jen en mejo­rar su rela­ción para bene­fi­ciar a sus hijos.

Terapia: abordando estilos de crianza

El equi­po dis­cu­tió varias pre­gun­tas de los par­ti­ci­pan­tes sobre el pro­ce­so de tera­pia, inclu­yen­do cómo mane­jar situa­cio­nes en las que los padres tie­nen esti­los de crian­za con­tra­dic­to­rios, cómo fomen­tar que los padres vean la tera­pia como una herra­mien­ta de cre­ci­mien­to per­so­nal y cómo se lle­va el pro­ce­so psi­co­te­ra­péu­ti­co cuan­do los padres no están pre­sen­tes. Tam­bién se abor­da­ron pre­gun­tas sobre cómo mane­jar la impul­si­vi­dad en niños con TDAH y cómo se pue­de fomen­tar la aper­tu­ra de los hijos para hablar con sus padres. El equi­po sugi­rió que la psi­co­edu­ca­ción y la pro­mo­ción de la psi­co­lo­gía podrían ayu­dar a abor­dar algu­nos de estos pro­ble­mas.

Beneficios de la psicoterapia infantil

Deni­se, una psi­có­lo­ga infan­til, dis­cu­tió los bene­fi­cios de la psi­co­te­ra­pia para niños y ado­les­cen­tes, enfa­ti­zan­do su papel en la mejo­ra de la salud emo­cio­nal y el for­ta­le­ci­mien­to de los víncu­los fami­lia­res. Ella tam­bién res­pon­dió a pre­gun­tas del públi­co sobre temas como la par­ti­ci­pa­ción de los padres en el pro­ce­so tera­péu­ti­co, la edad ade­cua­da para la psi­co­te­ra­pia y el impac­to de los tras­tor­nos men­ta­les en la fami­lia. La reu­nión con­clu­yó con Eri­ka anun­cian­do la pró­xi­ma sesión con la maes­tra Ara­ce­li Her­nán­dez Veláz­quez, quien habla­rá sobre el impac­to de una crian­za auto­ri­ta­ria en los niños.

Estrategias para tener una comunicación asertiva con mis hijos — Mtro. Rodrigo Cortés Chávez

El maes­tro Rodri­go Cor­tez Chá­vez pre­sen­tó una char­la sobre estra­te­gias para mejo­rar la comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de la escu­cha acti­va y el len­gua­je no ver­bal. Des­ta­có la nece­si­dad de crear un entorno segu­ro para el diá­lo­go, espe­cial­men­te con ado­les­cen­tes, y ofre­ció con­se­jos prác­ti­cos para for­ta­le­cer los víncu­los fami­lia­res y fomen­tar la con­fian­za. La sesión con­clu­yó con una ron­da de pre­gun­tas y res­pues­tas, y se anun­cia­ron pró­xi­mas acti­vi­da­des rela­cio­na­das con la crian­za y el desa­rro­llo de los jóve­nes.

Comunicación con los hijos

Rosa­rio pre­sen­ta al maes­tro Rodri­go Cor­tez Chá­vez, quien dará una char­la sobre estra­te­gias para tener una comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos. El maes­tro Rodri­go intro­du­ce el tema expli­can­do que actual­men­te la comu­ni­ca­ción cara a cara es difí­cil, ya que los jóve­nes se comu­ni­can prin­ci­pal­men­te por medios elec­tró­ni­cos. Defi­ne la comu­ni­ca­ción como el acto de tener algo en común y com­par­tir­lo, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de encon­trar pun­tos en común con los hijos. Expli­ca los ele­men­tos bási­cos de la comu­ni­ca­ción (emi­sor, recep­tor, men­sa­je, canal y códi­go) y des­ta­ca la rele­van­cia del con­tex­to en el pro­ce­so comu­ni­ca­ti­vo.

Tipos de lenguaje en comunicación

El maes­tro expli­ca los dife­ren­tes tipos y fun­cio­nes del len­gua­je en la comu­ni­ca­ción. Des­ta­ca que el len­gua­je no solo inclu­ye aspec­tos fono­ló­gi­cos y gra­ma­ti­ca­les, sino que tam­bién tie­ne influen­cia en aspec­tos psi­co­ló­gi­cos, socia­les, cul­tu­ra­les y afec­ti­vos. Des­cri­be varios tipos de len­gua­je, inclu­yen­do el oral, escri­to, kiné­si­co, pro­xé­mi­co, icó­ni­co y foné­ti­co, expli­can­do cómo cada uno con­tri­bu­ye a la comu­ni­ca­ción. Ade­más, enfa­ti­za la impor­tan­cia del len­gua­je no ver­bal y cómo las pos­tu­ras y ges­tos pue­den trans­mi­tir infor­ma­ción adi­cio­nal en una con­ver­sa­ción.

Escucha activa es clave

En la reu­nión, Mtro enfa­ti­zó la impor­tan­cia de la escu­cha acti­va en la comu­ni­ca­ción efec­ti­va. Des­ta­có que la mayo­ría de las accio­nes dia­rias están influen­cia­das por la comu­ni­ca­ción y que la escu­cha acti­va pue­de pre­ve­nir malen­ten­di­dos y pro­ble­mas. Mtro tam­bién seña­ló que la escu­cha acti­va es una habi­li­dad que requie­re pres­tar aten­ción, inter­pre­tar y dar sig­ni­fi­ca­do a las seña­les que lle­gan del exte­rior. Enfa­ti­zó que la escu­cha acti­va no es solo un pro­ce­so sen­so­rial, sino que impli­ca pro­ce­sos más com­ple­jos como pres­tar aten­ción, intere­ses, afec­ti­vi­dad y pen­sa­mien­to. Mtro con­clu­yó con una defi­ni­ción de escu­cha acti­va de Carl Rogers, que inclu­ye escu­char con los oídos, los ojos, la men­te, el cora­zón y la ima­gi­na­ción.

Escucha activa y lenguaje no verbal

El maes­tro dis­cu­te la impor­tan­cia de la escu­cha acti­va en la comu­ni­ca­ción con los hijos. Enfa­ti­za que los padres deben pres­tar aten­ción com­ple­ta, con­tro­lar su ego, reco­no­cer los sen­ti­mien­tos de sus hijos y admi­tir cuan­do no han escu­cha­do. Ade­más, des­ta­ca la rele­van­cia del len­gua­je no ver­bal y el con­tac­to visual para demos­trar inte­rés. El maes­tro tam­bién seña­la la impor­tan­cia del silen­cio en la comu­ni­ca­ción, espe­cial­men­te con ado­les­cen­tes, sugi­rien­do que a veces solo es nece­sa­rio acom­pa­ñar­los sin hablar. Final­men­te, men­cio­na que estos ele­men­tos son fun­da­men­ta­les para lograr una comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos.

Comunicación asertiva con los hijos

El maes­tro enfa­ti­za la impor­tan­cia de la comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos, espe­cial­men­te duran­te la ado­les­cen­cia. Des­ta­ca la nece­si­dad de iden­ti­fi­car emo­cio­nes, crear un entorno segu­ro para el diá­lo­go, y mos­trar inte­rés genuino en sus mun­dos e intere­ses. Pro­po­ne estra­te­gias como escu­char acti­va­men­te, alen­tar la con­ver­sa­ción, hacer pre­gun­tas para com­pren­der mejor, y reco­no­cer sus sen­ti­mien­tos. El maes­tro seña­la que una comu­ni­ca­ción efec­ti­va ele­va la auto­es­ti­ma, for­ta­le­ce los víncu­los fami­lia­res, redu­ce con­flic­tos y fomen­ta la con­fian­za, sub­ra­yan­do que es cru­cial escu­char para enten­der, no solo para res­pon­der.

Recuperar confianza en adolescentes

Rodri­go Cor­tés Chá­vez con­clu­ye su pre­sen­ta­ción y res­pon­de pre­gun­tas del públi­co. Abor­da cómo recu­pe­rar la con­fian­za de un hijo, sugi­rien­do admi­tir erro­res, pres­tar aten­ción a sus intere­ses y reto­mar el diá­lo­go. Sobre la comu­ni­ca­ción con ado­les­cen­tes que usan mucho el celu­lar, Rodri­go seña­la la impor­tan­cia de refle­xio­nar sobre cómo lle­gó el dis­po­si­ti­vo a manos del menor y si los padres tam­bién mues­tran un com­por­ta­mien­to simi­lar con la tec­no­lo­gía.

Sorprende a tus hijos con interés

El maes­tro enfa­ti­za la impor­tan­cia de conec­tar con los ado­les­cen­tes aden­trán­do­se en su mun­do, inclu­so si esto impli­ca par­ti­ci­par en acti­vi­da­des que no son del agra­do de los padres, como ver Tik­Tok o jugar video­jue­gos. Reco­mien­da sor­pren­der posi­ti­va­men­te a los hijos, mos­trar inte­rés genuino en sus acti­vi­da­des y apren­der a escu­char sin juz­gar. Des­ta­ca que es cru­cial escu­char no solo con los oídos, sino tam­bién con los ojos, el cora­zón, la men­te y la ima­gi­na­ción para acom­pa­ñar efec­ti­va­men­te a los hijos en sus pro­ce­sos de cre­ci­mien­to y apren­di­za­je.

¿Cómo mejorar la atención y memoria en mis hijos? — Psic. Jocelyn Reyes Fonseca

La psi­có­lo­ga Jocelyn Reyes Fon­se­ca dis­cu­tió estra­te­gias para mejo­rar la aten­ción y memo­ria en niños, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de enten­der cómo fun­cio­na el cere­bro y adap­tar las expec­ta­ti­vas según la edad del niño. Tam­bién com­par­tió estra­te­gias para mejo­rar el apren­di­za­je y la orga­ni­za­ción, el uso del jue­go en el desa­rro­llo infan­til y estra­te­gias para mane­jar niños con pro­ble­mas de aten­ción y TDAH. Por últi­mo, ofre­ció con­se­jos para regu­lar el uso de dis­po­si­ti­vos móvi­les en casa, la impor­tan­cia de la cola­bo­ra­ción entre padres, tera­peu­tas y escue­las, y la impor­tan­cia de la psi­co­edu­ca­ción para los padres.

Mejorando la atención y memoria

La maes­tra Jocelyn Reyes Fon­se­ca da una char­la sobre cómo mejo­rar la aten­ción y memo­ria en los niños. Expli­ca que la memo­ria es la capa­ci­dad del cere­bro para rete­ner y recor­dar even­tos pasa­dos, mien­tras que la aten­ción fun­cio­na como un fil­tro para los estí­mu­los ambien­ta­les. Jocelyn des­ta­ca que los niños apren­den de dife­ren­tes mane­ras, ya sea visual, audi­ti­va o kines­té­si­ca­men­te, y que es impor­tan­te enten­der cómo fun­cio­na el cere­bro para mejo­rar estos pro­ce­sos. Men­cio­na que la aten­ción de los niños y ado­les­cen­tes está dis­mi­nu­yen­do, posi­ble­men­te debi­do a la influen­cia de los dis­po­si­ti­vos elec­tró­ni­cos.

Funciones ejecutivas del desarrollo cognitivo

Jocelyn expli­ca las fun­cio­nes eje­cu­ti­vas en psi­co­lo­gía, que se uti­li­zan para medir la inte­li­gen­cia y el coefi­cien­te inte­lec­tual. Estas fun­cio­nes inclu­yen razo­na­mien­to, pla­ni­fi­ca­ción, fija­ción de metas, toma de deci­sio­nes, orga­ni­za­ción, con­trol de aten­ción, memo­ria, pro­ce­sa­mien­to de infor­ma­ción y fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va. Jocelyn enfa­ti­za que estas fun­cio­nes se desa­rro­llan con el tiem­po y depen­den del ambien­te, la esti­mu­la­ción y las nece­si­da­des de apren­di­za­je del indi­vi­duo. Ella des­ta­ca la impor­tan­cia de adap­tar las expec­ta­ti­vas según la edad del niño, expli­can­do cómo estas fun­cio­nes se mani­fies­tan en dife­ren­tes eta­pas del desa­rro­llo.

Mejora el aprendizaje y la organización

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mejo­rar el apren­di­za­je y la orga­ni­za­ción en niños. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de pla­near tiem­pos, usar inter­va­los para tareas, fomen­tar la com­pren­sión lec­to­ra y uti­li­zar orga­ni­za­do­res o pla­nea­do­res. Jocelyn seña­la que las nue­vas gene­ra­cio­nes apren­den de mane­ra dife­ren­te debi­do a los cam­bios en el sis­te­ma edu­ca­ti­vo y el uso de tec­no­lo­gías, lo que afec­ta el desa­rro­llo de habi­li­da­des como la aten­ción y la memo­ria. Sugie­re imple­men­tar estas estra­te­gias en casa para ayu­dar a los niños a mejo­rar su desem­pe­ño y orga­ni­za­ción, espe­cial­men­te aque­llos con difi­cul­ta­des de aten­ción.

Juegos para niños: desarrollo y psicoterapia

Jocelyn expli­ca la impor­tan­cia del jue­go en el desa­rro­llo infan­til y su uso en psi­co­te­ra­pia. Des­ta­ca cómo los jue­gos ayu­dan a los niños a regu­lar emo­cio­nes, desa­rro­llar fun­cio­nes eje­cu­ti­vas y mejo­rar la tole­ran­cia a la frus­tra­ción, espe­cial­men­te des­pués de los 7 años. Jocelyn com­par­te ejem­plos de su tra­ba­jo con dos pacien­tes: Este­ban, de 6 años, con quien usa jue­gos para ense­ñar estra­te­gias y regu­lar con­duc­tas, y Domi­ni­que, de 12 años, con quien tra­ba­ja la fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va y la aten­ción. Reco­mien­da que los padres jue­guen con sus hijos en casa para refor­zar estas habi­li­da­des.

Mejorando la atención y la memoria

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mejo­rar la aten­ción y memo­ria en niños y adul­tos. Reco­mien­da jugar con los niños al menos una vez por sema­na duran­te 45 minu­tos, adap­tan­do el nivel de jue­go para que sea una com­pe­ten­cia sana. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de regu­lar el uso de dis­po­si­ti­vos elec­tró­ni­cos y fomen­tar acti­vi­da­des que desa­rro­llen habi­li­da­des físi­cas, cog­ni­ti­vas y de len­gua­je. Sugie­re uti­li­zar jue­gos de mesa, labe­rin­tos, sopas de letras y cru­ci­gra­mas para mejo­rar la aten­ción y memo­ria, así como la lec­tu­ra com­pren­si­va. Jocelyn tam­bién des­ta­ca la nece­si­dad de adap­tar las estra­te­gias de estu­dio al esti­lo de apren­di­za­je de cada niño y la impor­tan­cia de la fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va en la tera­pia.

Mejorar la motricidad fina en niños

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mejo­rar la motri­ci­dad fina y el aga­rre del lápiz en niños, como usar mate­ria­les de ensar­te y colo­res jum­bo o trian­gu­la­res. Tam­bién abor­da cómo tra­ba­jar la aten­ción y memo­ria con niños con sín­dro­me de Down, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de cen­trar­se en un estí­mu­lo a la vez y adap­tar las estra­te­gias según las capa­ci­da­des indi­vi­dua­les. Para mini­mi­zar las dis­trac­cio­nes en el aula, Jocelyn sugie­re redu­cir los estí­mu­los visua­les y limi­tar los mate­ria­les en el espa­cio de tra­ba­jo del niño.

TDAH y manejo conductual

Jocelyn expli­ca estra­te­gias para mane­jar niños con pro­ble­mas de aten­ción en el aula, como el “rin­cón de la cal­ma” y asig­nar­les tareas de ayu­da. Ella tam­bién acla­ra que el TDAH no se pue­de diag­nos­ti­car antes de los 7 años y des­cri­be sus sín­to­mas, como difi­cul­tad para per­ma­ne­cer sen­ta­do y auto­rre­gu­la­ción. Jocelyn sugie­re modi­fi­ca­cio­nes curri­cu­la­res para niños con TDAH, como redu­cir la can­ti­dad de tra­ba­jo y sen­tar­los cer­ca del maes­tro. Ade­más, reco­mien­da la psi­co­te­ra­pia y el mane­jo con­duc­tual en casa y en la escue­la para estos niños.

Regulación del uso móvil en casa

Jocelyn ofre­ce estra­te­gias para regu­lar el uso de dis­po­si­ti­vos móvi­les en casa, inclu­yen­do el uso de con­trol paren­tal y apli­ca­cio­nes como Family Link para limi­tar el tiem­po de uso. Reco­mien­da esta­ble­cer inter­va­los de tiem­po y ofre­cer acti­vi­da­des alter­na­ti­vas. Ade­más, enfa­ti­za la impor­tan­cia de tra­ba­jar la fle­xi­bi­li­dad cog­ni­ti­va y las fun­cio­nes eje­cu­ti­vas, espe­cial­men­te en niños y ado­les­cen­tes. Jocelyn sugie­re vol­ver a méto­dos tra­di­cio­na­les de apren­di­za­je como resú­me­nes y mapas men­ta­les para mejo­rar la aten­ción y memo­ria, des­ta­can­do la impor­tan­cia del jue­go y la inter­ac­ción per­so­nal en el desa­rro­llo cog­ni­ti­vo y emo­cio­nal.

Colaboración para niños hiperactivos

La con­fe­ren­cia abor­da estra­te­gias para ayu­dar a niños con hiper­ac­ti­vi­dad y la impor­tan­cia de la cola­bo­ra­ción entre padres, tera­peu­tas y escue­las. Jocelyn enfa­ti­za que el tra­ba­jo con niños y ado­les­cen­tes debe invo­lu­crar tan­to a la escue­la como a la tera­pia y el hogar, des­ta­can­do la impor­tan­cia de la psi­co­edu­ca­ción para los padres. Se anun­cia una pró­xi­ma con­fe­ren­cia sobre comu­ni­ca­ción aser­ti­va con los hijos y se men­cio­na un nue­vo espa­cio psi­co­edu­ca­ti­vo para jóve­nes lla­ma­do “Tu rollo en con­fian­za”.

Acompañamiento familiar en casos de duelo infantil — Mtra. Claudia Elizabeth Roldán Castro

Clau­dia pre­sen­tó sobre el acom­pa­ña­mien­to fami­liar en casos de due­lo infan­til, expli­can­do las mani­fes­ta­cio­nes y eta­pas del pro­ce­so de due­lo, así como la impor­tan­cia de reco­no­cer y abor­dar las pér­di­das en la infan­cia. Enfa­ti­zó la nece­si­dad de pro­por­cio­nar herra­mien­tas ade­cua­das a los niños para enfren­tar la adver­si­dad, adap­tan­do el acom­pa­ña­mien­to según su edad y desa­rro­llo, y des­ta­có la impor­tan­cia de la auto­rre­gu­la­ción emo­cio­nal de los adul­tos en este pro­ce­so. Final­men­te, com­par­tió recur­sos y reco­men­da­cio­nes para ayu­dar a niños y ado­les­cen­tes a pro­ce­sar el due­lo y las pér­di­das, inclu­yen­do con­se­jos sobre cómo mane­jar situa­cio­nes espe­cí­fi­cas como el diag­nós­ti­co de enfer­me­da­des cró­ni­cas en niños.

  • Pro­ce­sar su pro­pio dolor y emo­cio­nes antes de acom­pa­ñar a los niños en el due­lo.
  • Expli­car la pér­di­da o muer­te a los niños de mane­ra cla­ra y sin­ce­ra, de acuer­do a su nivel de desa­rro­llo.
  • Per­mi­tir que los niños par­ti­ci­pen en los ritua­les fune­ra­rios, expli­cán­do­les pre­via­men­te lo que suce­de­rá.
  • Com­par­tir sus emo­cio­nes con los niños de mane­ra apro­pia­da, mos­tran­do que está bien sen­tir­se tris­te.
  • Man­te­ner las ruti­nas de los niños lo más pron­to posi­ble des­pués de una pér­di­da.
  • Bus­car ayu­da pro­fe­sio­nal si el due­lo per­sis­te o se com­pli­ca.
  • Uti­li­zar recur­sos como libros y pelí­cu­las para ayu­dar a los niños a enten­der y pro­ce­sar el due­lo.
  • Escu­char acti­va­men­te a los niños y per­mi­tir­les expre­sar sus emo­cio­nes y pre­gun­tas sobre la pér­di­da.
  • Refor­zar la segu­ri­dad y el amor hacia los niños duran­te el pro­ce­so de due­lo.
  • Cui­dar su pro­pia salud emo­cio­nal para poder acom­pa­ñar ade­cua­da­men­te a los niños.

Acompañamiento familiar en casos de duelo infantil

Clau­dia pre­sen­ta sobre el acom­pa­ña­mien­to fami­liar en casos de due­lo infan­til. Ella enfa­ti­za la impor­tan­cia de recor­dar nues­tras pro­pias expe­rien­cias de pér­di­da en la infan­cia para enten­der mejor las nece­si­da­des de los niños. Clau­dia expli­ca que la fami­lia es el lugar don­de los niños desa­rro­llan segu­ri­dad y recur­sos para enfren­tar cri­sis, y que cual­quier pér­di­da, inclu­so para bebés muy peque­ños, pue­de tener un impac­to sig­ni­fi­ca­ti­vo. Ella des­ta­ca que lo más impor­tan­te no es solo el even­to de pér­di­da, sino cómo la fami­lia acom­pa­ña y con­sue­la al niño duran­te el pro­ce­so.

Pérdidas en la infancia

Clau­dia expli­ca que las pér­di­das en la infan­cia pue­den incluir cam­bios en la ruti­na, estruc­tu­ra fami­liar y rela­cio­nes, como la pér­di­da de una mas­co­ta o el cam­bio de resi­den­cia. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de reco­no­cer estas pér­di­das apa­ren­te­men­te peque­ñas, que los adul­tos a menu­do pasan por alto, pero que son sig­ni­fi­ca­ti­vas para los niños. Clau­dia defi­ne el due­lo como una res­pues­ta emo­cio­nal total a la pér­di­da, que impli­ca una gama de pen­sa­mien­tos, sen­ti­mien­tos y con­duc­tas, y des­ta­ca la impor­tan­cia de abor­dar la incer­ti­dum­bre y el mie­do que los niños pue­den expe­ri­men­tar duran­te el pro­ce­so de due­lo.

Duelo en niños

Clau­dia expli­ca cómo el due­lo se mani­fies­ta de mane­ra inte­gral en los niños, afec­tan­do su com­por­ta­mien­to, pro­ce­sos men­ta­les y ape­go. Des­ta­ca la impor­tan­cia de dar herra­mien­tas a los peque­ños para enfren­tar la adver­si­dad en lugar de sobre­pro­te­ger­los, con el obje­ti­vo de que logren la inde­pen­den­cia. Ade­más, des­cri­be las diver­sas mani­fes­ta­cio­nes del due­lo, inclu­yen­do sín­to­mas físi­cos, cam­bios con­duc­tua­les, pro­ble­mas cog­ni­ti­vos y alte­ra­cio­nes emo­cio­na­les, enfa­ti­zan­do que los adul­tos deben mane­jar sus pro­pias emo­cio­nes para poder ense­ñar a los niños.

Proceso de duelo y recursos personales

Clau­dia expli­ca las dife­ren­tes mani­fes­ta­cio­nes y eta­pas del pro­ce­so de due­lo, tan­to a nivel indi­vi­dual como fami­liar. Des­ta­ca que el due­lo no es sim­ple­men­te acep­tar la pér­di­da, sino pro­ce­sar­la a tra­vés de diver­sas fases que pue­den durar años, depen­dien­do de los recur­sos per­so­na­les y las cir­cuns­tan­cias. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de abor­dar el due­lo de mane­ra inte­gral, aten­dien­do a las mani­fes­ta­cio­nes físi­cas, con­duc­tua­les, cog­ni­ti­vas, psi­co­ló­gi­cas y espi­ri­tua­les. Ade­más, men­cio­na que en el con­tex­to fami­liar, el due­lo afec­ta la diná­mi­ca del sis­te­ma y requie­re un enfo­que espe­cí­fi­co para su mane­jo.

Acompañamiento de duelo familiar

Clau­dia expli­ca las eta­pas y tareas del pro­ce­so de due­lo fami­liar, enfo­cán­do­se en cómo acom­pa­ñar a los niños según su edad. Des­ta­ca la impor­tan­cia de reco­no­cer la reali­dad de la pér­di­da, com­par­tir la expe­rien­cia, reor­ga­ni­zar el sis­te­ma fami­liar y crear nue­vos víncu­los. Enfa­ti­za la nece­si­dad de pro­por­cio­nar infor­ma­ción cla­ra y sin­ce­ra, incluir a los niños en el pro­ce­so, y adap­tar el acom­pa­ña­mien­to según la eta­pa de desa­rro­llo del niño. Clau­dia sub­ra­ya la impor­tan­cia de la auto­rre­gu­la­ción emo­cio­nal de los adul­tos para mode­lar un afron­ta­mien­to segu­ro y ayu­dar a los niños a expre­sar sus emo­cio­nes y sen­sa­cio­nes.

Procesando el dolor propio

En la reu­nión, clau­dia habló sobre la impor­tan­cia de com­pren­der y pro­ce­sar el dolor pro­pio al tra­tar con situa­cio­nes difí­ci­les. Ella enfa­ti­zó la nece­si­dad de cues­tio­nar las pro­pias creen­cias y pro­por­cio­nar expli­ca­cio­nes cla­ras a los niños, adap­ta­das a su nivel de desa­rro­llo. Clau­dia tam­bién des­ta­có el valor de par­ti­ci­par en ritua­les como una opor­tu­ni­dad para des­pe­dir­se de la per­so­na que murió. Sugi­rió que los padres deben estar pre­pa­ra­dos para res­pon­der pre­gun­tas de los niños y expre­sar sus pro­pias emo­cio­nes duran­te estos momen­tos difí­ci­les. Final­men­te, enfa­ti­zó la impor­tan­cia de pro­por­cio­nar con­sue­lo y tran­qui­li­dad a los niños y ani­mar­los a expre­sar sus pro­pios sen­ti­mien­tos.

Acompañamiento en el proceso de duelo

Clau­dia expli­ca la impor­tan­cia de escu­char y acom­pa­ñar ade­cua­da­men­te en el pro­ce­so de due­lo, espe­cial­men­te en niños. Enfa­ti­za la nece­si­dad de vol­ver a la ruti­na lo antes posi­ble, pero crean­do espa­cios para ritua­les y bus­can­do apo­yo en la escue­la. Clau­dia des­ta­ca situa­cio­nes en las que se debe bus­car ayu­da pro­fe­sio­nal, como even­tos trau­má­ti­cos, due­los acu­mu­la­dos o cuan­do los cui­da­do­res pri­ma­rios tam­bién están afec­ta­dos. Final­men­te, pre­sen­ta dife­ren­tes enfo­ques tera­péu­ti­cos y meto­do­lo­gías como el coaching tana­to­ló­gi­co, la psi­co­te­ra­pia y la tana­to­lo­gía, sub­ra­yan­do la impor­tan­cia de ele­gir la herra­mien­ta ade­cua­da según las nece­si­da­des espe­cí­fi­cas de cada caso.

Recursos para el duelo infantil

Clau­dia com­par­te recur­sos y reco­men­da­cio­nes para ayu­dar a niños y ado­les­cen­tes a pro­ce­sar el due­lo y las pér­di­das. Sugie­re uti­li­zar libros, pelí­cu­las y mate­rial audio­vi­sual adap­ta­do a dife­ren­tes eda­des para abor­dar temas como la enfer­me­dad, la muer­te y el cán­cer. Enfa­ti­za la impor­tan­cia de que los adul­tos sean cons­cien­tes de cómo mode­lan el mane­jo de las emo­cio­nes y el mie­do a los niños. Clau­dia tam­bién reco­mien­da sitios web como uni­cef y el luna para obte­ner infor­ma­ción adi­cio­nal sobre cómo acom­pa­ñar el pro­ce­so de due­lo en los jóve­nes.

Diagnóstico de diabetes infantil

Clau­dia ofre­ce con­se­jos sobre cómo mane­jar el diag­nós­ti­co de dia­be­tes infan­til en una niña de 9 años. Ella enfa­ti­za la impor­tan­cia de que los cui­da­do­res pri­ma­rios reci­ban apo­yo y ase­so­ra­mien­to antes de abor­dar el tema con la niña. Clau­dia sugie­re for­ta­le­cer el áni­mo de la niña, pro­por­cio­nar­le herra­mien­tas y segu­ri­dad, y evi­tar la lás­ti­ma. Tam­bién reco­mien­da que la fami­lia cues­tio­ne sus pro­pias creen­cias y mie­dos para no trans­mi­tir­los a la niña, y que se enfo­quen en desa­rro­llar su valen­tía y cora­je fren­te a la enfer­me­dad.

Manejo de emociones en la adolescencia — Psic. Manola Garay Apolinar

Manue­la diri­gió una dis­cu­sión sobre el mane­jo de emo­cio­nes en ado­les­cen­tes, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de reco­no­cer y vali­dar las emo­cio­nes, y la nece­si­dad de que los adul­tos ayu­den a los ado­les­cen­tes a regu­lar sus emo­cio­nes. Tam­bién pre­sen­tó estra­te­gias para mejo­rar la rela­ción con ado­les­cen­tes, inclu­yen­do el amor incon­di­cio­nal y el res­pe­to mutuo, y diri­gió un ejer­ci­cio de rela­ja­ción para ayu­dar a los par­ti­ci­pan­tes a ges­tio­nar sus emo­cio­nes. La reu­nión con­clu­yó con una dis­cu­sión sobre la impor­tan­cia de las comi­das fami­lia­res y la anun­cio de futu­ras char­las.

  • Padres: rea­li­zar el ejer­ci­cio del coto­ne­te con sus hijos ado­les­cen­tes para evo­car emo­cio­nes y mejo­rar la cone­xión.
  • Padres: imple­men­tar al menos una comi­da fami­liar dia­ria don­de todos se sien­ten jun­tos a la mesa.
  • Padres: evi­tar hablar sobre el cuer­po de los hijos duran­te las comi­das fami­lia­res.
  • Padres: asig­nar tareas rela­cio­na­das con el agua a los ado­les­cen­tes para ayu­dar­les a mane­jar sus emo­cio­nes.
  • Padres: prac­ti­car la téc­ni­ca de rela­ja­ción 5–4‑3–2‑1 con los ado­les­cen­tes para ges­tio­nar emo­cio­nes inten­sas.
  • Padres: leer el libro “el difí­cil víncu­lo entre padres e hijos” para mejo­rar la rela­ción con los ado­les­cen­tes.
  • Ado­les­cen­tes: par­ti­ci­par en el espa­cio psi­co­edu­ca­ti­vo “tu rollo en con­fian­za” el pró­xi­mo vier­nes a las 6 pm.
  • Par­ti­ci­pan­tes: asis­tir a la pró­xi­ma char­la sobre “acom­pa­ña­mien­to fami­liar en casos de due­lo infan­til” el 21 de febre­ro.

Manejo de emociones primarias

La maes­tra manue­la, invi­ta­da por rosa­rio, ini­cia una char­la sobre el mane­jo de emo­cio­nes en ado­les­cen­tes. Manue­la pro­po­ne una acti­vi­dad prác­ti­ca don­de los par­ti­ci­pan­tes dibu­jan el con­torno de su mano para crear un “manual de emo­cio­nes pri­ma­rias”. Ella enfa­ti­za que las emo­cio­nes no son bue­nas ni malas, sino nece­sa­rias, y comien­za expli­can­do la tris­te­za como la pri­me­ra emo­ción, ubi­cán­do­la en el dedo meñi­que del dibu­jo. La acti­vi­dad bus­ca explo­rar el por­qué, el cómo y el para qué de cada emo­ción, rela­cio­nán­do­las tam­bién con sus mani­fes­ta­cio­nes físi­cas y fisio­ló­gi­cas.

Emoción del miedo y sus consecuencias

Manue­la expli­ca la emo­ción del mie­do, sus cau­sas y reac­cio­nes fisio­ló­gi­cas, des­ta­can­do cómo el cuer­po res­pon­de para pro­te­ger­se ante situa­cio­nes de peli­gro real o ima­gi­na­rio. Ella enfa­ti­za la impor­tan­cia de reco­no­cer y vali­dar el mie­do, espe­cial­men­te en los niños, y advier­te sobre las con­se­cuen­cias de repri­mir­lo, como su acu­mu­la­ción en los riño­nes. Manue­la men­cio­na que más ade­lan­te se dis­cu­ti­rán recur­sos para ges­tio­nar ade­cua­da­men­te el mie­do.

Manejo de emociones adolescentes

Manue­la expli­ca los desa­fíos emo­cio­na­les que enfren­tan los ado­les­cen­tes, des­ta­can­do la difi­cul­tad para iden­ti­fi­car y ges­tio­nar sus emo­cio­nes debi­do a los cam­bios físi­cos y psi­co­ló­gi­cos. Se dis­cu­te cómo el mie­do al recha­zo y la tris­te­za por las pér­di­das aso­cia­das a la ado­les­cen­cia afec­tan a los jóve­nes, y se enfa­ti­za la impor­tan­cia del apo­yo de los padres y pro­fe­sio­na­les en este pro­ce­so. Manue­la sub­ra­ya la nece­si­dad de que los adul­tos estén pre­pa­ra­dos para ayu­dar a los ado­les­cen­tes a regu­lar sus emo­cio­nes, que a menu­do son inten­sas e inter­mi­ten­tes.

La tristeza y su impacto físico

Manue­la expli­ca cómo la tris­te­za afec­ta al cuer­po, redu­cien­do el rit­mo car­día­co y la cir­cu­la­ción san­guí­nea, lo que per­mi­te la refle­xión sobre las pér­di­das expe­ri­men­ta­das. Ella des­ta­ca la impor­tan­cia de expre­sar la tris­te­za ade­cua­da­men­te y de que los adul­tos ayu­den a los ado­les­cen­tes a iden­ti­fi­car las ganan­cias que acom­pa­ñan a las pér­di­das. Manue­la advier­te que si la tris­te­za no se ges­tio­na correc­ta­men­te, pue­de acu­mu­lar­se en los pul­mo­nes y con­ver­tir­se en depre­sión, que es des­truc­ti­va en lugar de cons­truc­ti­va.

Amor y deseo en adolescentes

Manue­la dis­cu­te la impor­tan­cia del amor y el deseo de cono­cer en el desa­rro­llo de los ado­les­cen­tes, des­ta­can­do cómo estas emo­cio­nes impul­san el apren­di­za­je y la explo­ra­ción. Ella expli­ca que cuan­do se limi­ta la capa­ci­dad de los ado­les­cen­tes para explo­rar y apren­der, pue­den sur­gir pro­ble­mas como ansie­dad, apa­tía y con­duc­tas auto­des­truc­ti­vas. Manue­la enfa­ti­za la nece­si­dad de ofre­cer amor incon­di­cio­nal y un entorno que fomen­te el cre­ci­mien­to y la curio­si­dad en los jóve­nes para ayu­dar­les a desa­rro­llar una visión posi­ti­va del futu­ro y moti­var­los a per­se­guir sus idea­les.

Gestión del enojo en adolescentes

Manue­la expli­ca la impor­tan­cia de ges­tio­nar ade­cua­da­men­te el eno­jo en los ado­les­cen­tes, des­ta­can­do que su ori­gen está en la trans­gre­sión del espa­cio vital. Ella des­cri­be cómo el cuer­po reac­cio­na fisio­ló­gi­ca­men­te al eno­jo y enfa­ti­za que su pro­pó­si­to es iden­ti­fi­car y corre­gir lími­tes, no agre­dir. Manue­la tam­bién seña­la que los ado­les­cen­tes a menu­do expre­san eno­jo en lugar de tris­te­za duran­te su bús­que­da de inde­pen­den­cia, y men­cio­na tres for­mas inade­cua­das de mane­jar el eno­jo: repri­mir­lo, explo­tar­lo o acu­mu­lar­lo has­ta explo­tar.

Importancia de la alegría y empatía

Manue­la pre­sen­ta una char­la sobre la impor­tan­cia de la ale­gría y su rela­ción con otras emo­cio­nes, des­ta­can­do cómo esta afec­ta nues­tra inter­ac­ción con el mun­do y nues­tro equi­li­brio emo­cio­nal. Ella dis­cu­te la cone­xión entre la ale­gría y el sis­te­ma inmu­no­ló­gi­co, y cómo la ges­tión ade­cua­da de todas las emo­cio­nes es cru­cial para una expe­rien­cia de ale­gría sig­ni­fi­ca­ti­va. Manue­la tam­bién abor­da la rela­ción entre adul­tos y ado­les­cen­tes, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia de la empa­tía y la com­pren­sión mutua, y con­clu­ye con un ejer­ci­cio prác­ti­co uti­li­zan­do un coto­ne­te para evo­car sen­sa­cio­nes de ter­nu­ra y bien­es­tar.

Amor incondicional y respeto mutuo

Manue­la com­par­te estra­te­gias para mejo­rar la rela­ción con ado­les­cen­tes, enfa­ti­zan­do la impor­tan­cia del amor incon­di­cio­nal y el res­pe­to mutuo. Sugie­re asig­nar tareas rela­cio­na­das con el agua para ayu­dar a mane­jar el eno­jo y des­cri­be un pro­gra­ma de talle­res que abor­da habi­li­da­des para la vida en dife­ren­tes áreas, inclu­yen­do físi­ca, emo­cio­nal, social y cog­ni­ti­va. Des­ta­ca la impor­tan­cia de las téc­ni­cas de rela­ja­ción en estos talle­res y cómo los ado­les­cen­tes las dis­fru­tan y se bene­fi­cian de ellas.

Conexión con los sentidos

En la reu­nión, manue­la diri­gió un ejer­ci­cio de rela­ja­ción que invo­lu­cró la cone­xión con los sen­ti­dos, inclu­yen­do la vis­ta, el tac­to, el soni­do, el olfa­to y el gus­to. Los par­ti­ci­pan­tes fue­ron ins­trui­dos a iden­ti­fi­car obje­tos, tex­tu­ras, soni­dos, olo­res y sabo­res, y a usar estos para des­ac­ti­var el secues­tro emo­cio­nal y vol­ver a la par­te racio­nal del cere­bro. El obje­ti­vo del ejer­ci­cio era ayu­dar a los par­ti­ci­pan­tes a ges­tio­nar sus emo­cio­nes y encon­trar cal­ma. Los par­ti­ci­pan­tes repor­ta­ron sen­tir­se rela­ja­dos, vivos y amo­ro­sos duran­te el ejer­ci­cio.

Manejo de emociones en adolescentes

Manue­la con­clu­ye una pre­sen­ta­ción sobre ado­les­cen­tes y emo­cio­nes, reci­bien­do agra­de­ci­mien­tos y comen­ta­rios posi­ti­vos de los par­ti­ci­pan­tes. Rosa­rio mode­ra la sesión, com­par­tien­do feed­back de la audien­cia en zoom y face­book. Manue­la enfa­ti­za la impor­tan­cia de acom­pa­ñar a los ado­les­cen­tes duran­te esta eta­pa tran­si­to­ria y reco­mien­da libros sobre mane­jo de emo­cio­nes y téc­ni­cas para tra­ba­jar con jóve­nes. La sesión ter­mi­na con suge­ren­cias para acti­vi­da­des gru­pa­les y la impor­tan­cia del ejer­ci­cio en el mane­jo emo­cio­nal.

Comidas familiares fomentan la convivencia

Manue­la enfa­ti­za la impor­tan­cia de que las fami­lias, espe­cial­men­te con ado­les­cen­tes, com­par­tan al menos una comi­da al día jun­tos en la mesa para fomen­tar la con­vi­ven­cia y obser­var el bien­es­tar de los jóve­nes. Ella des­ta­ca cómo la ali­men­ta­ción y las emo­cio­nes están inter­co­nec­ta­das, y acon­se­ja man­te­ner un ambien­te cal­ma­do duran­te las comi­das para mejo­rar la nutri­ción y la salud emo­cio­nal. Rosa­rio anun­cia futu­ras char­las, inclu­yen­do una sobre el due­lo infan­til y un espa­cio psi­co­edu­ca­ti­vo para jóve­nes lla­ma­do “tu rollo en con­fian­za”.