Pil­do­ra de Emer­gen­cia:

Con­si­de­ra­cio­nes Socia­les y su influen­cia en la Acti­tud de los Jóve­nes.

 

 

Montserrat Betancourt
María Teresa Roa
Ingrid Schroeder

Resu­men

En el pre­sen­te tra­ba­jo se pre­ten­dió des­cu­brir la rela­ción que exis­te entre el con­su­mo abu­si­vo de la Píl­do­ra de Emer­gen­cia y la fal­ta de infor­ma­ción, sien­do ésta lo que pue­de pro­du­cir que los jóve­nes no cono­cie­ran los efec­tos secun­da­rios y a lar­go pla­zo de este méto­do de anti­con­cep­ción.

El moti­vo por el cual se deci­dió hacer esta inves­ti­ga­ción fue debi­do a que se obser­vó en el ambien­te de ado­les­cen­tes y jóve­nes con­duc­tas sexua­les ries­go­sas, mis­mas que des­pués des­en­ca­de­na­ban en la posi­bi­li­dad de un emba­ra­zo no desea­do, sien­do este hecho el des­en­ca­de­nan­te de un uso des­me­di­do de la Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia.

Para lle­var a cabo esta inves­ti­ga­ción se ela­bo­ró un mar­co teó­ri­co refe­ren­te a cómo la fal­ta de infor­ma­ción pue­de estar influen­cian­do estas con­duc­tas de ries­go y con­su­mo exce­si­vo de la píl­do­ra. Ade­más se ela­bo­ró un ins­tru­men­to para eva­luar la acti­tud e infor­ma­ción que se tenía fren­te a la píl­do­ra del día siguien­te a jóve­nes muje­res den­tro de una uni­ver­si­dad pri­va­da en la Ciu­dad de Méxi­co.


Se tie­ne con­tem­pla­da que una de las razo­nes prin­ci­pa­les por las cua­les la infor­ma­ción no se daba de mane­ra ade­cua­da era la influen­cia que la pos­tu­ra reli­gio­sa tenía fren­te a la Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia y la obs­truc­ción que ésta pre­sen­ta fren­te al flu­jo de infor­ma­ción. Sin embar­go en los resul­ta­dos de las encues­tas se pudo apre­ciar que la pobla­ción estu­dia­da se encon­tra­ba bien infor­ma­da sin embar­go la per­cep­ción que tenían fren­te a la píl­do­ra es nega­ti­va.

Pala­bras Cla­ve: Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia, Infor­ma­ción, Ado­les­cen­cia, Influen­cia Social.

Intro­duc­ción

La inten­ción del pre­sen­te tra­ba­jo con­sis­te en inves­ti­gar a fon­do acer­ca del uso y el ries­go que pue­de con­lle­var la mala uti­li­za­ción y/o abu­so de la píl­do­ra de las 72 horas, cono­ci­da erró­nea­men­te tam­bién como píl­do­ra del día siguien­te.

La pre­sen­te inves­ti­ga­ción se lle­va­rá a cabo den­tro de la Uni­ver­si­dad Ibe­ro­ame­ri­ca­na, don­de exis­te una pobla­ción en su mayo­ría joven, que se pien­sa son mas vul­ne­ra­bles ante esta pro­ble­má­ti­ca debi­do a la fal­ta de infor­ma­ción acer­ca de los dife­ren­tes méto­dos obje­ti­vos y en espe­cí­fi­co acer­ca de la píl­do­ra de las 72 horas.

Esta fal­ta de infor­ma­ción ha gene­ra­do que se emplee – erró­nea­men­te – como un méto­do anti­con­cep­ti­vo sin medir las con­se­cuen­cias que esta impli­ca. Esta ha empe­za­do a ser uti­li­za­da por muchas muje­res, espe­cial­men­te ado­les­cen­tes, como un méto­do anti­con­cep­ti­vo más; es decir, no uti­li­zan habi­tual­men­te nin­gún méto­do de anti­con­cep­ción pre­ven­ti­vo, y si tie­nen una rela­ción sexual, de las que se deno­mi­nan “des­pro­te­gi­das”, se recu­rre a la con­tra­cep­ción de emer­gen­cia. Por ello, no es infre­cuen­te que muchas muje­res uti­li­cen la píl­do­ra del día de des­pués de mane­ra regu­lar, como méto­do anti­con­cep­ti­vo, dan­do como con­se­cuen­cia de ésta prác­ti­ca estas muje­res están some­tien­do a su orga­nis­mo a cho­ques hor­mo­na­les muy fuer­tes.

Ante­ce­den­tes

Fac­to­res de pro­tec­ción

La sexua­li­dad es un tema que nos ata­ñe a todos ya que somos seres sexua­dos, es por eso impor­tan­te que se de aper­tu­ra a temas de sexua­li­dad y su pre­ven­ción de tal for­ma que se evi­te el correr ries­gos inne­ce­sa­rios, esto se podría lograr si se deja­ra de eva­dir el tema, ya que al hacer­lo no se redu­cen las con­duc­tas sexua­les pero sí se ponen en un lugar de ries­go. “Es nece­sa­rio tener infor­ma­ción acer­ca de los posi­bles ries­gos que se pue­den correr, así como saber pre­ve­nir­los. Por eso es nece­sa­rio cono­cer acer­ca de los méto­dos anti­con­cep­ti­vos que has­ta aho­ra exis­ten y los que se están gene­ran­do, así como su efec­ti­vi­dad y su uso ade­cua­do, con el fin de usar el que más con­ven­ga a la pare­ja”. (Hiriart, 2003)

A pesar de que nin­gún méto­do es 100% segu­ro, varios ofre­cen un ele­va­do nivel de efec­ti­vi­dad, sobre todo cuan­do se emplean de mane­ra correc­ta. No exis­te un méto­do que sea mejor, se debe ana­li­zar las ven­ta­jas y des­ven­ta­jas de cada opción. Cabe acla­rar que has­ta aho­ra el úni­co méto­do que pro­te­ge de las infec­cio­nes de trans­mi­sión sexual es el con­dón. (Hiriart, 2003).

El uso de anticon­cep­ti­vos y pro­tec­ción (pre­ser­va­ti­vo) duran­te la pri­me­ra rela­ción sexual con­ti­núa sien­do míni­mo entre la pobla­ción ado­les­cen­te, aun­que pare­ce estar cons­cien­te o al menos cono­cer cier­tos méto­dos (Ber­glund et al., 1997). A pesar de que la pobla­ción está cons­cien­te de que el sexo no pro­te­gi­do impli­ca una gran varie­dad de ries­gos, este cono­ci­mien­to no se ha tra­du­ci­do en prác­ti­cas pre­ven­ti­vas o de sexo segu­ro (Gam­mel­tof, 2002) de tal for­ma que se defi­ne esta como un tipo de con­duc­ta sexual irres­pon­sa­ble.

¿Qué es la Anti­con­cep­ción de emer­gen­cia?

La anti­con­cep­ción de emer­gen­cia es un méto­do el cual tie­ne la poten­cia­li­dad de redu­cir la pro­ba­bi­li­dad de emba­ra­zo has­ta en un 100 %, así como redu­cir la nece­si­dad de acu­dir a un abor­to inse­gu­ro.

No pre­vie­ne de las enfer­me­da­des de trans­mi­sión sexual como el Sida, pero ofre­ce una mayor segu­ri­dad des­pués del coti­to en caso de que hubie­ra una rup­tu­ra en el con­dón o de una vio­la­ción. Esto duran­te las 72 horas (3 días) para las pas­ti­llas, has­ta 120 horas (5 días) para el DIU, des­pués de la rela­ción sexual no pro­te­gi­da. La Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia (AE) pue­de pre­ve­nir, más no inte­rrum­pir el emba­ra­zo, así que no es un méto­do abor­ti­vo.

Las pas­ti­llas de emer­gen­cia tam­bién pue­den ser com­bi­na­das. Estas con­tie­nen estró­ge­nos y una pro­ges­ti­na sin­té­ti­ca, se admi­nis­tran en dosis mayo­res y por tiem­pos cor­tos. Es impor­tan­te decir que el meca­nis­mo de acción de la anti­con­cep­ción de emer­gen­cia difie­re en cada orga­nis­mo, ya que depen­de del momen­to del ciclo en el que se admi­nis­tra.

Dife­ren­tes estu­dios han demos­tra­do que las píl­do­ras anti­con­cep­ti­vas de emer­gen­cia pue­den alte­rar la fase foli­cu­lar, así como inhi­bir o apla­zar la ovu­la­ción. Otros estu­dios han evi­den­cia­do modi­fi­ca­cio­nes en el endo­me­trio. Sin embar­go no hay estu­dios recien­tes que lo con­fir­men.

La anti­con­cep­ción de emer­gen­cia no es un méto­do abor­ti­vo, ni indu­ci­rá a un efec­to de san­gra­do ute­rino en caso de que la mujer este emba­ra­za­da como lo ha demos­tra­do la evi­den­cia clí­ni­ca y como lo acla­ra la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS).

Las píl­do­ras de emer­gen­cia com­bi­na­das son pas­ti­llas de uso nor­mal, son como los anti­con­cep­ti­vos que se toman de for­ma ruti­na­ria, pero con dosis mayo­res y en tiem­pos cor­tos. Éstos con­tie­nen estró­ge­nos y una pro­ges­ti­na sin­té­ti­ca. Este méto­do se cono­ce como méto­do de Yuz­pe, nom­bra­do así por el cana­dien­se Albert Yuz­pe, que fue quien ini­ció los estu­dios de efec­ti­vi­dad en los años seten­ta dán­do­le así con­ti­nui­dad a los estu­dios que sus pre­de­ce­so­res Morris y Van Wage­nen, estu­dian­tes de Yale quie­nes duran­te los 60´s admi­nis­tra­ron de mane­ra expe­ri­men­tal altas dosis de estró­ge­nos a monos para impe­dir la implan­ta­ción del ovu­lo fecun­da­do, sin embar­go se die­ron cuen­ta de que estas altas dosis pro­du­cían daños en el sis­te­ma gas­tro­in­tes­ti­nal.

Este méto­do es también cono­ci­do como píl­do­ra del “día des­pués” o del “día siguien­te”, sin embar­go no es acon­se­ja­ble uti­li­zar este tér­mino, ya que podría redu­cir su ven­ta­na de inter­ven­ción a que sólo fun­cio­na por 12 o 24 horas. Lo cual es erró­neo.

Las dosis altas en un tra­ta­mien­to cons­tan de 2 gra­geas jun­tas que deben ser inge­ri­das tan pron­to como sea posi­ble, den­tro de las pri­me­ras 72 horas des­pués del coi­to no pro­te­gi­do. La anti­con­cep­ción a base pro­ges­ti­na sola con­sis­te en una dosis de 1.5mg de levo­nor­ges­trel, en dosis divi­di­das de 0.75mg cada una. Al igual que las pas­ti­llas anti­con­cep­ti­vas de emer­gen­cia com­bi­na­das, la pri­me­ra dosis se debe­rá tomar tan pron­to como sea posi­ble den­tro de las pri­me­ras 72 horas des­pués del coi­to no pro­te­gi­do, y la segun­da 12 horas des­pués. Este nue­vo tra­ta­mien­to ha con­se­gui­do tomar ven­ta­ja fren­te al Yus­pe gra­cias a la aper­tu­ra que en muchos paí­ses ha teni­do su comer­cia­li­za­ción, así como una mayor efi­ca­cia como anti­con­cep­ti­vo de emer­gen­cia.

Es impor­tan­te no olvi­dar la impor­tan­cia que tie­ne dar segui­mien­to al estu­dio de estos nue­vos méto­dos de anti­con­cep­ción de emer­gen­cia, que repre­sen­tan un avan­ce en este cam­po, pudien­do mejo­rar la cali­dad de estos e inclu­so ser con­cien­tes de las reper­cu­sio­nes que pudie­ran tener en un con­su­mo con­ti­núo.

Una de las razo­nes por las cua­les pare­ce dar­se este fenó­meno no es en sí mis­ma la fal­ta de infor­ma­ción, si no la ambi­va­len­cia que se pre­sen­ta en el flu­jo de esta, es decir, en Méxi­co exis­ten dos polos res­pec­to a la opi­nión que se tie­ne ante la Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia y cada uno de estos, así como la dispu­ta que pre­sen­tan, enfo­can la aten­ción en los aspec­tos posi­ti­vos o nega­ti­vos de su uso en lugar de la rea­li­za­ción de pro­gra­mas de con­cien­cia res­pec­to a este, de tal mane­ra que no se pier­da de vis­ta que es sólo un méto­do alter­na­ti­vo para la reduc­ción de ries­go ante la posi­bi­li­dad de con­cep­ción.

La mala o nula infor­ma­ción es un fac­tor de ries­go, ya que la pobla­ción se encuen­tra des­pro­te­gi­da, sin herra­mien­tas nece­sa­rias para tomar una deci­sión, y mucho menos para sen­tir que son vul­ne­ra­bles a la pro­ble­má­ti­ca, esto debi­do a que la prin­ci­pal fuen­te de infor­ma­ción sobre cues­tio­nes liga­das a la sexua­li­dad es el gru­po de pares y, en segun­do lugar, los medios de comu­ni­ca­ción, mien­tras que el rol de la fami­lia y la escue­la es casi nulo.

Mien­tras que algu­nas ins­ti­tu­cio­nes con­si­de­ran que es un hecho que la píl­do­ra de Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia se encuen­tra en el mer­ca­do y que es impor­tan­te invo­lu­crar al gobierno y a miem­bros de la comu­ni­dad en el pro­ce­so de intro­duc­ción, de tal for­ma que se ten­ga una mejor acep­ta­ción y cono­ci­mien­to del uso de esta para evi­tar incen­ti­var las con­duc­tas anti­con­cep­ti­vas irres­pon­sa­bles, la Igle­sia, ins­ti­tu­ción suma­men­te impor­tan­te en Méxi­co por su gran núme­ro de segui­do­res esta­ble­ce su total des­acuer­do ante este méto­do ya que lo con­si­de­ra un méto­do abor­ti­vo.

Los reli­gio­sos han deja­do cla­ro que inclu­so el uso de la píl­do­ra tie­ne una pena­li­dad canó­ni­ca y se esta come­tien­do un peca­do, tal como lo dijo José Gua­da­lu­pe Mar­tín Rába­go, pre­si­den­te de la Con­fe­ren­cia del Epis­co­pa­do Mexi­cano duran­te una misa domi­ni­cal acla­ran­do ade­más que aque­llas muje­res que deci­dan uti­li­zar­la así como quie­nes pro­mue­ven su uso podrán ser exco­mul­ga­dos. Por su par­te el car­de­nal Rober­to Rive­ra decla­ró que esto resul­ta ser un ase­si­na­to, y que es incon­ce­bi­ble que se ase­si­ne a una per­so­na ino­cen­te. Recor­de­mos que según los cien­tí­fi­cos la fun­ción de la píl­do­ra no es inte­rrum­pir el emba­ra­zo sino que inhi­ben la ovu­la­ción, pre­vie­nen la implan­ta­ción o posi­ble­men­te cau­san regre­sión del cuer­po lúteo (un teji­do que se for­ma en el ova­rio y que es indis­pen­sa­ble para el emba­ra­zo). Como ocu­rrió en los paí­ses his­pa­no­ame­ri­ca­nos, en Méxi­co la Igle­sia y los gru­pos con­ser­va­do­res como Pro­vi­da han pug­na­do por la prohi­bi­ción de la pas­ti­lla, lo que no han con­se­gui­do has­ta el momen­to. Sin embar­go, su per­sis­ten­cia ha hecho que este méto­do anti­con­cep­ti­vo sea poco infor­ma­do y que muchos de los pres­ta­do­res de ser­vi­cios de salud des­co­noz­can sus carac­te­rís­ti­cas ante la poca pro­mo­ción en torno a sus ven­ta­jas.

Si con­si­de­ra­mos que de acuer­do al cen­so lle­va­do a cabo en el 2000 el núme­ro de segui­do­res de la reli­gión cató­li­ca cons­ti­tuía un 87.9% y un 46% de la pobla­ción total asis­te regu­lar­men­te a la Igle­sia, resul­ta evi­den­te com­pren­der el peso que la pala­bra de los reli­gio­sos podría tener sobre este tema y como ade­más uti­li­zan este medio para tra­tar de con­ven­cer a la pobla­ción de que la pos­tu­ra que ellos mane­jan es la correc­ta. Gru­pos como Pro­vi­da inclu­so se han toma­do la liber­tad de hablar y defen­der a la “socie­dad” tal como lo hizo Jor­ge Serrano Limón, quien sin ofre­cer ele­men­tos cien­tí­fi­cos decla­ró “que la píl­do­ra fue auto­ri­za­da a espal­das de la socie­dad, que es abor­ti­va y oca­sio­na­rá la muer­te a miles de mexi­ca­nos, pues no per­mi­te la implan­ta­ción del ser humano recién con­ce­bi­do”.

Es impor­tan­te ade­más men­cio­nar que la pos­tu­ra de la Igle­sia, aún cuan­do pue­dan estar defen­dien­do sus creen­cias debe resul­tar irre­le­van­te para las deci­sio­nes que tome el gobierno. Como es el caso de María Con­sue­lo Mejía, direc­to­ra de Cató­li­cas por el Dere­cho a Deci­dir, lamen­tó a pos­tu­ra de la Igle­sia cató­li­ca y con­si­de­ró inacep­ta­ble que tra­te de influir y pre­sio­nar al gobierno en el dise­ño de polí­ti­cas de pobla­ción y de salud públi­ca. “A la Igle­sia se le olvi­da que vivi­mos en un Esta­do lai­co (inde­pen­dien­te de toda influen­cia reli­gio­sa) y que no se vale abu­sar de la inves­ti­du­ra sacer­do­tal para impo­ner cri­te­rios”.

Ante esta situa­ción en la cual quie­nes están invo­lu­cra­dos pare­cen más preo­cu­pa­dos por man­te­ner­se en una posi­ción más alta en esta lucha de pode­res, se olvi­dan que el prin­ci­pal obje­ti­vo de la píl­do­ra y su ingre­so al mer­ca­do así como al cua­dro bási­co de medi­ca­men­tos es pro­mo­ver un bien­es­tar social, en el que se dis­mi­nu­ya el núme­ro de emba­ra­zos no desea­dos así como el núme­ro de abor­tos que ocu­rren ponien­do en ries­go la vida de las jóve­nes, sin men­cio­nar cuan impor­tan­te resul­ta ir regu­lan­do el núme­ro de naci­mien­tos de niños que al no ser desea­dos o pla­ni­fi­ca­dos se ven envuel­tos en una vida de caren­cias.

En resu­men pare­ce sig­ni­fi­ca­ti­vo recal­car la opi­nión de varias de las refe­ren­cias de pos­tu­ras más obje­ti­vas que dicen “ya no pode­mos dar mar­cha atrás”, y ese es el pun­to impor­tan­te, se debe­ría dejar de echar la cul­pa y bus­car cul­pa­bles y juz­gar a los demás, mejor ya que esto exis­te rea­li­zar­lo de la mejor mane­ra y bus­car las mejo­res solu­cio­nes.

Par­ti­ci­pan­tes y Méto­dos
Suje­tos: 400 suje­tos, ele­gi­dos de mane­ra no pro­ba­bi­lís­ti­ca con eda­des de 19–26 años de la Uni­ver­si­dad Ibe­ro­ame­ri­ca­na.


Esce­na­rio: La inves­ti­ga­ción se lle­vó a cabo en las ins­ta­la­cio­nes de la Uni­ver­si­dad Ibe­ro­ame­ri­ca­na de la Ciu­dad de Méxi­co, con un gru­po de muje­res de un nivel socio eco­nó­mi­co medio- alto/ alto. En su mayo­ría estu­dian­tes, y con dife­ren­tes per­cep­cio­nes reli­gio­sas.

Ins­tru­men­tos: Se ela­bo­ró una encues­ta que cons­ta de 34 pre­gun­tas, len una esca­la tipo likert, en la cual se explo­ró las acti­tu­des que las muje­res tie­nen acer­ca del uso de la píl­do­ra de emer­gen­cia.

Pro­ce­di­mien­to: Se eli­gie­ron a los suje­tos de for­ma pro­ba­bi­lís­ti­ca. Se les dio una encues­ta de 34 pre­gun­tas, y así mis­mo se les pidió que res­pon­die­ran a las pre­gun­tas de acuer­do a su opi­nión indi­vi­dual.

Resul­ta­dos

 

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El pro­me­dio de res­pues­ta en el área de infor­ma­ción de las muje­res casa­das fue más alto que el de las sol­te­ras como se pue­de ver en la grá­fi­ca.

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El pro­me­dio de res­pues­ta en el área de per­cep­ción de las muje­res casa­das fue más alto que el de las sol­te­ras como se pue­de ver en la grá­fi­ca.

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El pro­me­dio de res­pues­ta en el área de con­duc­ta de las muje­res casa­das fue más alto que el de las sol­te­ras como se pue­de ver en la grá­fi­ca.

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El pro­me­dio de res­pues­ta en el área de infor­ma­ción de las muje­res budis­tas fue más alto que el de las demás reli­gio­nes como se pue­de ver en la grá­fi­ca.

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El pro­me­dio de res­pues­ta en el área de per­cep­ción de las muje­res budis­tas fue más alto que el de las demás reli­gio­nes como se pue­de ver en la grá­fi­ca.

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El pro­me­dio de res­pues­ta en el área de con­duc­ta de las muje­res cris­tia­nas fue más alto que el de las demás reli­gio­nes como se pue­de ver en la grá­fi­ca.

Con­clu­sio­nes

A par­tir de los resul­ta­dos obte­ni­dos a lo lar­go de la inves­ti­ga­ción, pudi­mos apre­ciar que con­tra­rio a lo que se creía en un prin­ci­pio, las muje­res si tie­nen infor­ma­ción res­pec­to a la Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia, sin embar­go la acti­tud que pre­sen­tan ante esta es de recha­zo, ya que en las esca­las de per­cep­ción se arro­ja­ron resul­ta­dos que lo sus­ten­tan.

Se con­si­de­ra que una de las prin­ci­pa­les razo­nes por las cua­les se pre­sen­ta esto es debi­do a la influen­cia social, en par­ti­cu­lar, a la Reli­gión. En Méxi­co gran par­te de la pobla­ción está repre­sen­ta­da por un gru­po cató­li­co, mis­mos que se mane­jan como con­ser­va­do­res. Estos gru­pos se encuen­tran en con­tra de la Anti­con­cep­ción de Emer­gen­cia ya que los con­si­de­ran como abor­ti­vos, sien­do así gran influen­cia de la pos­tu­ra que se toma fren­te a esta. Tam­bién se pudo obser­var que por el tipo de con­tex­to don­de rea­li­za­mos la inves­ti­ga­ción, una uni­ver­si­dad pri­va­da y reli­gio­sa, los par­ti­ci­pan­tes se encuen­tran per­mea­dos de estos pre­cep­tos reli­gio­sos, lo cual influ­ye para no hablar mucho res­pec­to a este tema.

En cuan­to a esto, se pudo obser­var ade­más, que cuan­do se rela­ciono la per­cep­ción de acuer­do a la reli­gión, los resul­ta­dos arro­ja­ron que quie­nes mejor acti­tud tenían fren­te a la píl­do­ra del día siguien­te fue­ron las prac­ti­can­tes del budis­mo y los que más la recha­za­ban fue­ron las muje­res que son tes­ti­gos de jeho­va, sin embar­go la per­cep­ción gene­ral de los par­ti­ci­pan­tes sigue sien­do nega­ti­va.

De esta for­ma tal como se revi­só en el mar­co teó­ri­co, no exis­te una aper­tu­ra res­pec­to a los temas sexua­les, lo cual pue­de poner en ries­go a los ado­les­cen­tes y jóve­nes.

Refe­ren­cias biblio­grá­fi­cas

  • La Jor­na­da Sn Luis, Elvi­ra Arria­ga,” Joven­ci­tas entre 15 a 20 años son quie­nes más con­su­men píl­do­ra de emer­gen­cia”, Mar­tes 5 de Diciem­bre de 2006) www.jornada.unam.mx

  • Sán­chez C. y Rodrí­guez R., La píl­do­ra, emer­gen­cia coti­dia­na, Vier­nes 22 de julio de 2005) www.eluniversal.com.mx

  • Lilia­na Alcán­ta­ra y Ruth Rodrí­guez, El Uni­ver­sal, “A tri­bu­nal, polé­mi­ca por píl­do­ra de emer­gen­cia”, Miér­co­les 03 de mar­zo de 2004) www.eluniversal.com.mx

  • J. Fer­nan­do Gon­zá­lez G. PÍLDORA DE EMERGENCIA, CONTINÚA EL DEBATE, 2007) www.eluniversal.com.mx