Ceci­lia Ber­ges Asaf

Gio­van­na Mar­tí­nez López

Jime­na Viey­ra Moli­na

 

Pala­bras Cla­ve: Edu­ca­ción Inclu­si­va, Nece­si­da­des Edu­ca­ti­vas Espe­cia­les, Dis­ca­pa­ci­dad, Capa­ci­ta­ción

 

Resu­men: Los estu­dian­tes con Nece­si­da­des Edu­ca­ti­vas Espe­cia­les (NEE) son indi­vi­duos que los demás per­ci­ben como dife­ren­tes de sus seme­jan­tes debi­do a que la for­ma en la que se mue­ven, se comu­ni­can, inter­ac­túan y se rela­cio­nan con otros, en cómo acce­den al ambien­te y por el rit­mo y mane­ra en que apren­den. Se han rea­li­za­do nume­ro­sas legis­la­cio­nes para brin­dar­les a estos estu­dian­tes una Edu­ca­ción Espe­cial, sin embar­go, en las últi­mas déca­das se han rea­li­za­do pro­gra­mas para incluir a estos alum­nos en la Escue­la Gene­ral Bási­ca. En el pre­sen­te estu­dio rea­li­za­do entre enero y mayo de 2008, se explo­ró acer­ca del per­fil de pre­pa­ra­ción docen­te, para encon­trar si esta­ban pre­pa­ra­dos para la inclu­sión edu­ca­ti­va de los alum­nos con NEE. Los resul­ta­dos obte­ni­dos indi­can que los docen­tes creen que están pre­pa­ra­dos para brin­dar edu­ca­ción en una escue­la inclu­si­va, sin embar­go, nece­si­tan capa­ci­ta­ción y creen que los estu­dian­tes con NEE apren­de­rían mejor en una escue­la de edu­ca­ción gene­ral.


Intro­duc­ción

 

La edu­ca­ción es una par­te fun­da­men­tal para la vida de un ser humano que vive en socie­dad. A tra­vés de esta se trans­mi­ten los valo­res, las nor­mas las creen­cias y los com­por­ta­mien­tos y for­ma par­te del pro­ce­so de socia­li­za­ción. Con la edu­ca­ción se bus­ca “favo­re­cer el desa­rro­llo de las cua­li­da­des mora­les, inte­lec­tua­les y físi­cas que toda per­so­na posee en esta­do poten­cial” (Dic­cio­na­rio de peda­go­gía 1999). 

El docen­te debe de poseer las capa­ci­da­des para iden­ti­fi­car los dife­ren­tes esti­los de apren­di­za­je que se dan den­tro de un aula, y hacer efec­ti­vo el apren­di­za­je. El mode­lo de esti­los de apren­di­za­je con­ci­be al mis­mo como un pro­ce­so acti­vo, es decir, enten­dien­do al apren­di­za­je como la ela­bo­ra­ción de la infor­ma­ción por par­te del apren­diz, y no sólo actuan­do pasi­va­men­te como recep­tor.

Los ser­vi­cios edu­ca­ti­vos brin­da­dos por la Secre­ta­ría de Ser­vi­cios Edu­ca­ti­vos para el Dis­tri­to Fede­ral (SSEDF)deben orien­tar­se a refor­zar la aten­ción dife­ren­cia­da a gru­pos vul­ne­ra­bles en los que se inclu­ye la pobla­ción con capa­ci­da­des dife­ren­tes, que repre­sen­tan 2.25% de la pobla­ción del Dis­tri­to Fede­ral.

Sin embar­go, duran­te muchos años la socie­dad mexi­ca­na ha mar­gi­na­do a los niños dife­ren­tes, la escue­la ha con­tri­bui­do sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te en esa acción exclu­yen­te,  han per­ma­ne­ci­do seña­la­dos por la socie­dad en gene­ral, pero par­ti­cu­lar­men­te en los salo­nes de cla­se. Por lo tan­to, los pro­fe­so­res están en una situa­ción pri­vi­le­gia­da para obser­var a los niños con NEE, detec­tar­los y cana­li­zar­los.

Actual­men­te, el Sis­te­ma Edu­ca­ti­vo Nacio­nal ha pues­to en mar­cha la polí­ti­ca de Inte­gra­ción Edu­ca­ti­va por­que, “Los pro­fe­so­res tie­nen que apren­der a enten­der, pla­ni­fi­car, inter­ve­nir y diri­gir esas situa­cio­nes, su com­pe­ten­cia pro­fe­sio­nal con­sis­te en tener cier­to domi­nio de las mis­mas con esque­mas inte­lec­tua­les com­ple­jos que le faci­li­ten su enten­di­mien­to” (Sacris­tán, G. 1985)

 Los cam­bios en el sis­te­ma edu­ca­ti­vo no se limi­tan a la inte­gra­ción de alum­nos con dis­ca­pa­ci­dad, sino que los cam­bios for­man par­te de una refor­ma del pro­ce­so de ense­ñan­za-apren­di­za­je que mejo­re su cali­dad, su per­ti­nen­cia y un mejor apro­ve­cha­mien­to por par­te de todos los alum­nos; por ello sería nece­sa­rio la adop­ción de sis­te­mas más fle­xi­bles y adap­ta­bles, capa­ces de tener en cuen­ta las dife­ren­tes nece­si­da­des de todos los niños, que con­tri­bu­ya a con­se­guir el éxi­to en la ense­ñan­za y en la inte­gra­ción, para res­pon­der a sus ver­da­de­ras nece­si­da­des. Es por ello nece­sa­rio que exis­ta una inter­ac­ción diná­mi­ca y per­ma­nen­te entre las escue­las de edu­ca­ción espe­cial y común de tal mane­ra que se con­fi­gu­re un uni­ver­so a favor de la inte­gra­ción que pue­da dar las res­pues­tas peda­gó­gi­cas ade­cua­das a la reali­dad actual.

Los estu­dian­tes con NEE son indi­vi­duos que los demás per­ci­ben como dife­ren­tes de sus seme­jan­tes debi­do a que la for­ma en la que se mue­ven, se comu­ni­can, inter­ac­túan y se rela­cio­nan con otros, en cómo acce­den al ambien­te y por el rit­mo y mane­ra en que apren­den.

 

La Edu­ca­ción Inclu­si­va

 

El con­cep­to de inclu­sión inclu­ye la inte­gra­ción en la que los apren­di­ces con NEE asis­ten a las mis­mas escue­las pero no nece­sa­ria­men­te a las mis­mas cla­ses y la inser­ción en la que los estu­dian­tes se inclu­yen en cla­ses de edu­ca­ción regu­lar para incre­men­tar sus opor­tu­ni­da­des de inter­ac­ción social pero no para abor­dar sus metas edu­ca­ti­vas. Por lo tan­to, el enfo­que de las escue­las inclu­si­vas es cons­truir un sis­te­ma que satis­fa­ga las nece­si­da­des de todos los niños.

Hablar de inclu­sión, no sola­men­te se refie­re al ámbi­to esco­lar, sino tam­bién es tomar en cuen­ta a la comu­ni­dad en la que está sien­do acep­ta­do el alumno con la nece­si­dad edu­ca­ti­va espe­cial. Es ir más allá de poner al alumno den­tro de una mis­ma aula con com­pa­ñe­ros que no requie­ren de una aten­ción más per­so­na­li­za­da que la que han teni­do a lo lar­go de su vida esco­lar.

La escue­la inclu­si­va tra­ta de cam­biar la per­cep­ción que se tie­ne hacia la per­so­na con dis­ca­pa­ci­dad. Al con­vi­vir con ellos, se va hacien­do mucho más nor­mal, en el sen­ti­do, de que dejan de ser vis­to como los dife­ren­tes, los que tie­nen un pro­ble­ma, aun­que pro­ba­ble­men­te siem­pre van a ser dife­ren­tes, se tra­ta de ver esa dife­ren­cia como un valor. Ya que de ellos se pue­de apren­der mucho, como de cual­quier ser humano.

 

Inves­ti­ga­ción

 

Se reali­zó un estu­dio explo­ra­to­rio en don­de fue­ron encues­ta­dos 67 pro­fe­so­res de dos escue­las del ponien­te de la Ciu­dad de Méxi­co.  La edad apro­xi­ma­da de los par­ti­ci­pan­tes fue entre 23 y 51 años de edad sien­do todas muje­res excep­to uno. Se uti­li­zó un ins­tru­men­to cons­trui­do por las inves­ti­ga­do­ras.

 

 

Resul­ta­dos

No se encon­tra­ron dife­ren­cias esta­dís­ti­ca­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vas entre las dos escue­las eva­lua­das.

La mayo­ría de los docen­tes pien­sa que es impor­tan­te brin­dar una aten­ción per­so­na­li­za­da y con­si­de­rar las dife­ren­cias indi­vi­dua­les de cada estu­dian­te, aún cuan­do éstas no se tra­ten de algu­na dis­ca­pa­ci­dad.

En cuan­to a su tra­ba­jo como docen­tes, con­si­de­ran, que aún sin haber teni­do una expe­rien­cia pre­via con algu­na dis­ca­pa­ci­dad, serían capa­ces de ense­ñar­les igual que a un alumno regu­lar.

Se encon­tra­ron con­tra­dic­cio­nes entre las opi­nio­nes que tie­nen los maes­tros acer­ca de incluir o no niños con nece­si­da­des edu­ca­ti­vas espe­cia­les en una escue­la gene­ral bási­ca. Por un lado res­pon­die­ron que es impor­tan­te incluir a los niños con nece­si­da­des edu­ca­ti­vas espe­cia­les en la escue­la gene­ral bási­ca, y por otro con­si­de­ran que apren­den mejor en una escue­la de Edu­ca­ción Espe­cial.

El 100% con­si­de­ra que es impor­tan­te que los alum­nos sin dis­ca­pa­ci­dad estén en con­tac­to con los alum­nos que pre­sen­tan algu­na dis­ca­pa­ci­dad, por lo que rela­cio­nán­do­lo con lo ante­rior, están toman­do más en cuen­ta a los alum­nos de la escue­la gene­ral bási­ca que al alumno que sería inclui­do.

Se encon­tró que los docen­tes se sien­ten capa­ces para ense­ñar a cual­quier estu­dian­te, sin embar­go expu­sie­ron que nece­si­ta­rían capa­ci­ta­ción, por lo que esta­rían dis­pues­tos a tomar un cur­so y tener un manual.

Los docen­tes con­si­de­ran que su expe­rien­cia de tra­ba­jo es la herra­mien­ta prin­ci­pal para tra­ba­jar con estu­dian­tes con NEE, aún cuan­do no hayan teni­do algu­na direc­ta con este tipo de alum­nos.

En cuan­to al cono­ci­mien­to de los docen­tes sobre el tér­mino de Nece­si­da­des Edu­ca­ti­vas Espe­cia­les, se encon­tró que no se tie­ne un con­cep­to cla­ro sobre el mis­mo y que el 48% no lo cono­ce. Del  52% que res­pon­dió que tenía cono­ci­mien­to del tér­mino, sola­men­te el 16% con­tes­tó correc­ta­men­te.

El 64% de los docen­tes encues­ta­dos sí sabe lo que es una escue­la inclu­si­va, pero sola­men­te el 20% con­tes­tó la opción correc­ta.

Los encues­ta­dos opi­nan que más del 80% de sus com­pa­ñe­ros ten­drían com­pli­ca­cio­nes para tra­ba­jar con niños con algu­na dis­ca­pa­ci­dad ya que no están capa­ci­ta­dos.

Los docen­tes res­pon­die­ron que ten­drían mayor difi­cul­tad al tra­ba­jar con la dis­ca­pa­ci­dad inte­lec­tual, es impor­tan­te tomar­lo en cuen­ta para el cur­so de capa­ci­ta­ción.

Den­tro de las herra­mien­tas que con­si­de­ran los docen­tes tener para iden­ti­fi­car un alumno con algu­na dis­ca­pa­ci­dad o que requie­ra ayu­da extra, se iden­ti­fi­ca­ron las siguien­tes:

  • Expe­rien­cia 28%
  • Obser­va­ción 25%
  • Estu­dios 23%
  • Apo­yo del depar­ta­men­to 13%
  • Capa­ci­ta­ción 9%

En cuan­to a lo que se nece­si­ta para incluir a un estu­dian­te con algu­na defi­cien­cia den­tro del aula los docen­tes res­pon­die­ron lo siguien­te:

El 50% res­pon­dió que la Capa­ci­ta­ción es lo pri­me­ro que debe con­si­de­rar­se. El 26% con­tes­tó que tener las ins­ta­la­cio­nes ade­cua­das es impor­tan­te. El 9% con­si­de­ra al Apo­yo de la Ins­ti­tu­ción como una herra­mien­ta bási­ca para la inclu­sión. El 8% res­pon­dió que el tener gru­pos peque­ños sería de ayu­da para incluir a un estu­dian­te con defi­cien­cia, y el 4% con­si­de­ra que el apo­yo fami­liar es nece­sa­rio para que se de la inclu­sión.

 

Con­clu­sión

 

Des­pués de ana­li­zar los resul­ta­dos obte­ni­dos de las encues­tas, se lle­gó a la con­clu­sión de que los docen­tes están dis­pues­tos a tomar un cur­so para capa­ci­tar­se en el área de edu­ca­ción espe­cial, sin embar­go, con­si­de­ran que los niños con nece­si­da­des edu­ca­ti­vas espe­cia­les apren­de­rían mejor en una Escue­la Espe­cial que en la escue­la gene­ral bási­ca.

Estos resul­ta­dos indi­can, por lo tan­to, que el per­fil de pre­pa­ra­ción de los  docen­tes no es el ade­cua­do, en tan­to que es nece­sa­ria su capa­ci­ta­ción para tra­ba­jar con estu­dian­tes con Nece­si­da­des Edu­ca­ti­vas Espe­cia­les.

             El pri­mer paso para la capa­ci­ta­ción docen­te sería con­cien­ti­zar a los docen­tes sobre los dife­ren­tes esti­los de apren­di­za­je de cada estu­dian­te, con­si­de­ran­do sus dife­ren­cias indi­vi­dua­les, aún cuan­do éstas no se refie­ran a una dis­ca­pa­ci­dad, de esta mane­ra los docen­tes esta­rían pre­pa­ra­dos para mane­jar dife­ren­tes situa­cio­nes que pudie­ran pre­sen­tár­se­les den­tro del aula de cla­ses.

            En las últi­mas déca­das, las pro­pues­tas edu­ca­ti­vas plan­tean nue­vas ten­den­cias que se incli­nan a la edu­ca­ción inclu­si­va, por lo que en la medi­da en que el docen­te este sen­si­bi­li­za­do tan­to con las dife­ren­cias indi­vi­dua­les de cada estu­dian­te como con las nece­si­da­des edu­ca­ti­vas espe­cia­les, podrá brin­dar una edu­ca­ción inte­gral por igual a cada alumno.

 

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