Dra. Ana­me­li Mon­roy L. (Aso­cia­ción Mexi­ca­na para el Estu­dio del Cli­ma­te­rio)

INTRODUCCION:

El ser humano es un ser bio­ló­gi­co, psi­co­ló­gi­co y socio­cul­tu­ral. Dis­gre­gar­lo en su con­cep­ción inte­gral es impo­si­ble y cuan­do se tra­ta de hacer­lo, se des­cui­dan aspec­tos y sus cone­xio­nes que son impor­tan­tes duran­te los pro­ce­sos de salud y de enfer­me­dad (1,4,6).

Des­gra­cia­da­men­te la his­to­ria nos dice que la medi­ci­na sepa­ró des­de sus orí­ge­nes al alma y al cuer­po y esta dico­to­mía se sigue pre­ser­van­do al ini­ciar este nue­vo mile­nio en la mayo­ría de las espe­cia­li­da­des, en don­de a la psi­co­lo­gía del desa­rro­llo se le da esca­so valor y se con­si­de­ra más bien a la psi­co­pa­to­lo­gía o a la psi­quia­tría. Uni­do a los aspec­tos psi­co­ló­gi­cos más coti­dia­nos, por razo­nes obvias, tam­bién se habla poco y de mane­ra muy limi­ta­da de los aspec­tos sexua­les. La onco­lo­gía no es la excep­ción (1, 5, 7).

Este tra­ba­jo desea enfa­ti­zar la impor­tan­cia de los aspec­tos psi­co­ló­gi­cos y sexua­les de la pacien­te con cán­cer mama­rio y rea­li­zar algu­nas apor­ta­cio­nes al cam­po tan impor­tan­te de ambos aspec­tos de la mujer con cán­cer de mama y sobre su tran­si­tar que fre­cuen­te­men­te se com­bi­na o con la meno­pau­sia tera­péu­ti­ca debi­da al tra­ta­mien­to de qui­mio­te­ra­pia (en eda­des ante­rio­res a las del cli­ma­te­rio natu­ral), o con el cli­ma­te­rio per se (3, 4, 5, 7). Este últi­mo aspec­to es impor­tan­te ya que de acuer­do a datos pro­por­cio­na­dos por el Comi­té de Onco­lo­gía del Hos­pi­tal Ange­les Lomas, de los 30 a los 39 años, de cada 100 000 pacien­tes 8 pre­sen­tan cán­cer mama­rio y de los 50 a los 59 años, 34 lo pade­cen. Así mis­mo que el pro­me­dio para la apa­ri­ción del cán­cer mama­rio en la mujer mexi­ca­na es de 48.5 años (2, 5, 7).

A pesar de los enor­mes avan­ces en el diag­nós­ti­co y de los dife­ren­tes tra­ta­mien­tos del cán­cer de mama y del cli­ma­te­rio, míni­mo es lo que se encuen­tra en la lite­ra­tu­ra médi­ca acer­ca de los aspec­tos psi­co­ló­gi­cos de las per­so­nas que tran­si­tan por estos dos pro­ce­sos que se pre­sen­tan casi en for­ma para­le­la (5, 10). En rela­ción a los aspec­tos de sexua­li­dad es tam­bién preo­cu­pan­te pues lo poco que se men­cio­na, es suma­men­te limi­ta­do a la mama y no a la sexua­li­dad feme­ni­na en su tota­li­dad y en rela­ción a su pare­ja (8,9).

Reac­cio­nes De La Pacien­te Cli­ma­té­ri­ca Al Des­cu­brir Un Nódu­lo Mama­rio. Gene­ra­li­da­des Del Cli­ma­te­rio Y Cán­cer (4, 5, 8, 9, 10,13):

En nues­tra socie­dad en gene­ral , se defi­ne a la mujer duran­te el cli­ma­te­rio como “meno­páu­si­ca”, “cli­ma­té­ri­ca” con las con­si­guien­tes carac­te­rís­ti­cas de “his­té­ri­ca, mal­hu­mo­ra­da, irri­ta­ble, menos atrac­ti­va, depri­mi­da”. En res­pues­ta a esta pro­gra­ma­ción social, a los esti­los poco sanos de vida, en con­jun­ción a los cam­bios hor­mo­na­les de la eta­pa del cli­ma­te­rio, cer­ca del 20 % de muje­res en esta eta­pa repor­tan sín­to­mas psi­co­gé­ni­cos como falla de la memo­ria, insom­nio, fati­ga, depre­sión, mie­do al enve­je­ci­mien­to y a vol­ver­se un estor­bo para su fami­lia.

Apa­re­cen en ellas sen­ti­mien­tos de inade­cua­ción con los cam­bios de su cuer­po. Bajo auto­con­cep­to, (dis­tor­sión de la auto­ima­gen, baja auto­es­ti­ma y baja de la segu­ri­dad per­so­nal); temor de ser poco “úti­les”, de recha­zo, de sen­tir­se que estor­ban; baja de libi­do. El cán­cer de mama tie­ne efec­tos simi­la­res por lo que éstos aspec­tos de la per­so­na­li­dad feme­ni­na se acre­cien­tan ante un diag­nós­ti­co tan temi­do y duran­te esta eta­pa de vida.

Duran­te la eta­pa del cli­ma­te­rio, el cho­que gene­ra­cio­nal con los hijos, la nega­ción al paso del tiem­po, la mono­to­nía o fati­ga de la rela­ción de pare­ja, los comen­ta­rios acer­ca de la pér­di­da de la juven­tud de fami­lia­res y ami­gos, las pre­sio­nes pro­fe­sio­na­les y eco­nó­mi­cas, la pér­di­da de habi­li­da­des físi­cas y men­ta­les, sobre todo en per­so­nas inac­ti­vas, son fac­to­res pre­dis­po­nen­tes nega­ti­vos.

Por el con­tra­rio, sus opues­tos, uni­dos a la dis­mi­nu­ción de otras res­pon­sa­bi­li­da­des inapla­za­bles de los años ante­rio­res, a la madu­rez emo­cio­nal, a la esta­bi­li­dad, el tener más tiem­po dis­po­ni­ble para dife­ren­tes acti­vi­da­des, pue­den cola­bo­rar a tomar deci­sio­nes para ase­gu­rar una eta­pa de cali­dad para el cli­ma­te­rio y para una vida sexual satis­fac­to­ria. Sin embar­go, el cán­cer com­pli­ca estos aspec­tos posi­ti­vos por los efec­tos de la enfer­me­dad y sus tra­ta­mien­tos.

Entre los fac­to­res psi­co­ló­gi­cos, sexua­les y socio­cul­tu­ra­les se encuen­tran las acti­tu­des y con­duc­tas de la pare­ja hacia con ella y otras muje­res que lo rodean, el divor­cio, la viu­dez, la ausen­cia de pare­ja, la edu­ca­ción reci­bi­da en cuan­to a su sexua­li­dad, la infor­ma­ción con la que cuen­ta para con­fron­tar y acep­tar esta nue­va fase de vida, su habi­li­dad de adap­ta­ción; su auto­con­cep­to, la exis­ten­cia y fac­ti­bi­li­dad de pla­nes de vida pre­sen­te y futu­ra.

Para muchos pare­jas, en el cli­ma­te­rio ella deja de ser atrac­ti­va sexual­men­te y bus­can mucha­chas más jóve­nes. Por ella pasan temo­res de no sen­tir­se ya útil pues ya no es repro­duc­to­ra y los hijos ya no requie­ren tan­to de ella como en años ante­rio­res. Es como una “jubi­la­ción” de sus debe­res tra­di­cio­na­les para la que ella no está pre­pa­ra­da. Es impor­tan­te men­cio­nar las acti­tu­des del hom­bre ante una pare­ja enfer­ma, con sín­to­mas de cli­ma­te­rio y él mis­mo en la fase de su decli­ve (“andro­pau­sia” en don­de sus trans­for­ma­cio­nes son menos noto­rias y más acep­ta­das por una socie­dad bási­ca­men­te machis­ta), sus acti­tu­des y con­duc­tas inci­den en la auto­es­ti­ma de la mujer:

La pre­sen­ta­ción de la meno­pau­sia y por tan­to, el cese de la fun­ción repro­duc­ti­va y el cam­bio en su ima­gen cor­po­ral, pue­de pro­vo­car en algu­nas muje­res, por ejem­plo, acep­ta­ción, adap­ta­ción y reno­va­ción inclu­yen­do su esfe­ra sexual o bien, la “resig­na­ción” con los sen­ti­mien­tos nega­ti­vos antes des­cri­tos.

Las res­pues­tas en las muje­res en su eta­pa meno­páu­si­ca com­bi­na­da con un diag­nós­ti­co de cán­cer mama­rio, varían enor­me­men­te de una a otra por los dife­ren­tes fac­to­res bio­ló­gi­cos y psi­co­ló­gi­cos y socio­cul­tu­ra­les posi­ti­vos o nega­ti­vos que la han rodea­do en el pasa­do y la cir­cun­dan en el pre­sen­te como son: algu­na otra enfer­me­dad, uso (abu­so) de cier­tos fár­ma­cos como anti­de­pre­si­vos, anti­ul­ce­ro­sos, ansio­lí­ti­cos, som­ní­fe­ros; así como los esti­los de vida como el exce­so de comi­da o mala ali­men­ta­ción, una vida seden­ta­ria, el uso o abu­so de dro­gas (fár­ma­cos y alcohol, taba­co).

La sin­to­ma­to­lo­gía psi­co­ló­gi­ca del cán­cer mama­rio es simi­lar pero si la auto­ima­gen es de defor­mi­dad, el auto­con­cep­to, la idea de “pér­di­da de femi­nei­dad”, y el temor a la muer­te, oca­sio­nan mayor daño psi­co­ló­gi­co y de com­por­ta­mien­to en ella. La recu­pe­ra­ción de los esta­dos emo­cio­na­les men­cio­na­dos, es len­ta y sin apo­yo, peor aún. Es más, se corre el ries­go de que no se logre. La pacien­te pue­de ten­der al ais­la­mien­to así como a la depre­sión y ansie­dad extre­mas.

A las pacien­tes a quie­nes se les tie­ne que some­ter a tra­ta­mien­to de qui­mio­te­ra­pia y que se les va a pro­vo­ca la meno­pau­sia tera­péu­ti­ca, es nece­sa­rio expli­car­les con anti­ci­pa­ción que se les va a pre­sen­tar la meno­pau­sia, por cuán­to tiem­po apro­xi­ma­da­men­te y cuá­les serán los sín­to­mas que pue­den espe­rar y qué hacer ante ellos. A su pare­ja y otros fami­lia­res cer­ca­nos tam­bién se les debe hacer exten­si­va esta expli­ca­ción para que les sea más fácil enten­der los cam­bios de humor y acti­tu­des que pue­den espe­rar. Así mis­mo a todas las pacien­tes, sus pare­jas y sus fami­lias, se les debe expli­car todo lo con­cer­nien­te al cán­cer mama­rio y sus tra­ta­mien­tos.

Con el fin de hablar del impac­to del cán­cer mama­rio en la mujer en el cli­ma­te­rio, es nece­sa­rio hacer énfa­sis en algu­nos con­cep­tos bási­cos que sir­van de mar­co refe­ren­cial para su dis­cu­sión:

  • El orga­nis­mo se trans­for­ma día a día con el paso del tiem­po. La eta­pa cli­ma­té­ri­ca no es la excep­ción. Si el orga­nis­mo ha sido y es cui­da­do a tra­vés de esti­los sanos de vida, esta trans­for­ma­ción será más len­ta y se podrá dis­fru­tar de una mejor cali­dad de vida. Este cui­da­do tam­bién es nece­sa­rio duran­te las trans­for­ma­cio­nes duran­te todo el pro­ce­so del cán­cer mama­rio y sus tratamientos(3, 4, 5, 10).
  • El temor al cli­ma­te­rio pare­ce ser uni­ver­sal con cier­tas varia­cio­nes de acuer­do a dife­ren­tes zonas geo­grá­fi­cas: rural, urbano, orien­te occi­den­te, etc.). Los hom­bres y las muje­res, sea en Norue­ga (Hol­te y Mik­kel­sen), en Zim­bab­we (Moo­re, 1981) o en Méxi­co, temen lle­gar a dicha eta­pa y ser eti­que­ta­dos como “cli­ma­té­ri­cos”, “meno­páu­si­cas”, etc. ya que son tér­mi­nos uti­li­za­dos muchas veces peyo­ra­ti­va­men­te. Algu­nos auto­res difie­ren de este cri­te­rio sobre todo al hablar de zonas rura­les y de estra­tos socio­eco­nó­mi­cos muy bajos en don­de la mujer se ale­gra por haber deja­do de ser repro­duc­ti­va y tener que ver al coi­to como su “débi­to sexual”. Sus males­ta­res físi­cos son menos per­ci­bi­dos pues tie­nen otros pro­ble­mas de exis­ten­cia bási­ca de vida.(4).
  • El cli­ma­te­rio y las enfer­me­da­des pue­den entre­cru­zar­se con otras cir­cuns­tan­cias de vida como viu­dez o divor­cio. En este tra­ba­jo, habla­re­mos de las muje­res en cli­ma­te­rio, a quie­nes se les diag­nos­ti­ca cán­cer mama­rio (4, 5, 9, 10) y de las muje­res que por encon­trar­se en tra­ta­mien­to de qui­mio­te­ra­pia, se les pre­sen­ta abrup­ta­men­te la meno­pau­sia.
  • Aun­que exis­ten varios fac­to­res cau­sa­les, se pue­de decir que el cán­cer mama­rio así como otros pro­ble­mas onco­ló­gi­cos, tie­nen mayor inci­den­cia en las pacien­tes de las eda­des del cli­ma­te­rio (2, 10). Si el cán­cer se pre­sen­ta en eda­des ante­rio­res a las del cli­ma­te­rio, el tra­ta­mien­to de qui­mio­te­ra­pia gene­ral­men­te pro­vo­ca la meno­pau­sia tera­péu­ti­ca y esta fun­ción no se recu­pe­ra en todas las muje­res que pasan por este tra­ta­mien­to, sólo en las más jóve­nes.
  • La femi­nei­dad, la auto­ima­gen, la auto­es­ti­ma y la segu­ri­dad per­so­na­les (auto­con­cep­to) se ven alta­men­te afec­ta­das con los cam­bios en el cuer­po cau­sa­dos por el cli­ma­te­rio, y los efec­tos del tra­ta­mien­to con­tra el cán­cer. Sin embar­go la mujer no habla mucho de estos sen­ti­mien­tos y evi­ta con­duc­tas para no tener que con­fron­tar dichos sen­ti­mien­tos. La falla en la memo­ria es otro signo que aun­que pro­te­ge a la mujer pues no per­ci­be toda su reali­dad, a la vez afec­ta su fun­cio­na­mien­to per­so­nal, con­yu­gal, fami­liar, labo­ral y gene­ral (9,10).
  • La mujer con diag­nós­ti­co de cán­cer mama­rio sufre un cho­que emo­cio­nal muy fuer­te y pasa por esta­dos de angus­tia, ansie­dad, stress, depre­sión, mie­do, irri­ta­bi­li­dad e insom­nio que la des­gas­tan físi­ca, sexual y emo­cio­nal­men­te. Este des­gas­te pue­de unir­se a los sen­ti­mien­tos pro­vo­ca­dos por el cli­ma­te­rio, lo cual le agra­va su pers­pec­ti­va de sí mis­ma y sus rela­cio­nes amo­ro­sas, fami­lia­res, labo­ra­les. Su pare­ja y núcleo fami­liar tam­bién expe­ri­men­tan sen­ti­mien­tos angus­tio­sos por lar­gos perío­dos (9,10).
  • Las dife­ren­tes cir­cuns­tan­cias de vida (situa­ción eco­nó­mi­ca, cui­da­do de los hijos, rela­ción de pare­ja, red fami­liar, etc.) de las muje­res con cán­cer y que cru­zan el cli­ma­te­rio, deben ser toma­das en cuen­ta por el médi­co tra­tan­te, para com­pren­der­las y apo­yar­las más inte­gral y efi­caz­men­te (9,10).

Esta­dios Psi­co­ló­gi­cos De La Mujer Ante Un Diag­nós­ti­co Tan Temi­ble Como Es El Cán­cer Y Que Cur­sa El Cli­ma­te­rio :

Como des­cri­be la Dra. Ana­me­li Mon­roy , la mujer, en la mayo­ría de los casos, pasa por los siguien­tes esta­dios psi­co­ló­gi­cos y meca­nis­mos de defen­sa uti­li­za­dos, de acuer­do a la fase del diag­nós­ti­co y del tra­ta­mien­to que está vivien­do. Sin embar­go, éstos no son nece­sa­ria­men­te secuen­cia­les (nega­ción, espe­ran­za, cho­que emo­cio­nal, asi­mi­la­ción, acep­ta­ción, con­fron­ta­ción, recu­pe­ra­ción y subli­ma­ción) algu­nos pero no todos per­du­ran a tra­vés del tra­ta­mien­to, otros pue­den agra­var­se, la mujer pue­de avan­zar o retro­ce­der de un esta­dio al otro: (5, 7, 10, 19, 20).

1: Pre­vio al diag­nós­ti­co médi­co:

1.1 Si ella es quien se des­cu­bre un nódu­lo mama­rio, pri­me­ro pasa por un meca­nis­mo de defen­sa psi­co­ló­gi­co que se lla­ma nega­ción del hecho y sen­ti­mien­to ante un posi­ble cán­cer mama­rio. Des­pués, se pre­sen­ta un sen­ti­mien­to de espe­ran­za de que segu­ra­men­te no es nada serio, lo cual, en muchas oca­sio­nes impi­de que acu­da al médi­co inme­dia­ta­men­te. Las infor­ma­cio­nes pre­vias o por cam­pa­ñas edu­ca­ti­vas de que tie­ne que hacer­lo ayu­dan en ace­le­rar el hecho de que ella acu­da. El stress, y la ansie­dad acom­pa­ñan estos momen­tos de impre­ci­sión y de espe­ra. Pocas veces sabe que entre menos tiem­po trans­cu­rra al ser diag­nos­ti­ca­da y tra­ta­da, el pro­nós­ti­co será mejor y que ese tiem­po pue­de ser la dife­ren­cia entre per­der su (s) seno (s) o entre la vida y la muer­te.

1.2 Si la pacien­te acu­dió al médi­co, éste le hizo una biop­sia y ella pasó la noche en vela espe­ran­do el diag­nós­ti­co, su esta­do emo­cio­nal es aún más vul­ne­ra­ble para reci­bir la noti­cia de que tie­ne cán­cer. Ella sien­te un gran eno­jo, una gran impo­ten­cia y se pre­gun­ta ¿por qué yo? Sien­te ira o eno­jo y pue­de sen­tir deseos de llo­rar, gri­tar, aven­tar obje­tos ante tan­tos sen­ti­mien­tos invo­lun­ta­rios. Sin embar­go, des­pués de des­aho­gar­se, pron­to encuen­tra que esa no es la res­pues­ta y que su vida ha cam­bia­do de la noche a la maña­na. Le afec­ta el temor a la des­fi­gu­ra­ción, al aban­dono y a la sole­dad. Se pre­gun­ta qué le va a pasar e ini­cia el lar­go reco­rri­do con temor hacia lo des­co­no­ci­do.

2.Ante el diag­nós­ti­co de cán­cer, pri­me­ro se pre­sen­ta en ella (y en sus seres cer­ca­nos) un esta­do de cho­que emo­cio­nal, espe­cial­men­te cuan­do nun­ca había teni­do una situa­ción de ame­na­za de vida. Le es difí­cil creer que ella pue­da tener una enfer­me­dad tan seria como cán­cer mama­rio, pues, por lo gene­ral, su cuer­po no le ha dado nin­gún avi­so pre­vio.

Tam­bién es alta­men­te pro­ba­ble que haya escu­cha­do de otros casos simi­la­res, lo cual no nece­sa­ria­men­te la con­sue­la sino que la asus­ta. La res­pues­ta al diag­nós­ti­co es dife­ren­te según sus cir­cuns­tan­cias par­ti­cu­la­res (opor­tu­ni­dad del diag­nós­ti­co, con o sin pare­ja, con situa­ción eco­nó­mi­ca des­aho­ga­da o no, con o sin fami­lia­res, con red de amis­ta­des, con o sin salud en otros aspec­tos, modo como ha con­fron­ta­do su pro­pio cli­ma­te­rio).

El temor a la pér­di­da de uno o dos senos la ate­rra (temor a la des­fi­gu­ra­ción), más aún que la posi­bi­li­dad de muer­te. Los senos están ínti­ma­men­te vin­cu­la­dos con su ima­gen feme­ni­na. Teme per­der­la y con ello a su pare­ja actual o a otras pro­ba­bles en el futu­ro (temor al aban­dono y a la sole­dad).

Jun­to con el esta­do de cho­que emo­cio­nal apa­re­ce un sen­ti­mien­to de eno­jo hacia el cuer­po, el cual la ha trai­cio­na­do de una mane­ra tan ines­pe­ra­da. A pesar de tener mie­do a per­der su seno, cae en la ambi­va­len­cia de que mejor se lo qui­ten para que deje de angus­tiar­la y la deje con­ti­nuar con su vida e inclu­si­ve de que pre­fie­re morir­se antes de con­fron­tar tan­to cos­to físi­co, emo­cio­nal y eco­nó­mi­co. Un sen­ti­mien­to de impo­ten­cia ante las ame­na­zas de dolor y de muer­te le hacen sen­tir la caren­cia de los recur­sos emo­cio­na­les, físi­cos, mate­ria­les, fami­lia­res nece­sa­rios para con­fron­tar lo que vie­ne. Estos sen­ti­mien­tos no siem­pre son expre­sa­dos por ella.

Tam­bién se pre­sen­tan sen­ti­mien­tos de cul­pa de que ella no haya comi­do lo más sano, inge­ri­do algún medi­ca­men­to como hor­mo­nas, no ejer­ci­ta­do lo sufi­cien­te, o bien por­que lo con­si­de­ra un cas­ti­go por algo que ella sien­te que hizo mal (fre­cuen­te­men­te aso­cia­do con con­duc­tas sexua­les).

3.Ante el ini­cio del tra­ta­mien­to sur­gen temo­res, mie­dos y angus­tias a lo que le va a pasar a la pacien­te duran­te y des­pués del tra­ta­mien­to (s). El meca­nis­mo de defen­sa psi­co­ló­gi­ca si se tuvo que rea­li­zar una mas­tec­to­mía par­cial o radi­cal es nue­va­men­te la nega­ción. Esta se enmas­ca­ra ante la nece­si­dad de con­fron­ta­ción de las deci­sio­nes inapla­za­bles y el hecho de que pase des­aper­ci­bi­da y no se le brin­de impor­tan­cia, pue­de ser gra­ve para la recu­pe­ra­ción psi­co­se­xual futu­ra de la pacien­te.

El stress, la depre­sión y la ansie­dad se pre­sen­tan pro­pi­cian­do un blo­queo men­tal. Es más, estos sen­ti­mien­tos y otros fac­to­res diver­sos, le blo­quea­rán la memo­ria inme­dia­ta y su orga­nis­mo se pro­te­ge­rá con una espe­cie de “cora­za pro­tec­to­ra” que le per­mi­ta no codi­fi­car toda la infor­ma­ción de un solo gol­pe. Esta cora­za que se men­cio­na la revis­te, irá des­apa­re­cien­do de acuer­do a que su situa­ción emo­cio­nal lo vaya per­mi­tien­do y su memo­ria y capa­ci­dad de con­cien­cia mejo­ren. Apa­re­ce un sen­ti­mien­to de impo­ten­cia, a no tener los recur­sos diver­sos nece­sa­rios (eco­nó­mi­cos, de tiem­po, etc.), espe­cial­men­te los emo­cio­na­les para enfren­tar el hecho de tener cán­cer y tener que expe­ri­men­tar sus tra­ta­mien­tos. La pér­di­da del con­trol de su cuer­po se aso­cia a todos estos temo­res.

4.Duran­te el tra­ta­mien­to,

4.1 Con­ti­núan la ansie­dad, el stress, la depre­sión (nor­mal en estos casos pero que pue­de vol­ver­se pato­ló­gi­ca por otros fac­to­res des­en­ca­de­nan­tes), ampli­fi­can­do su inten­si­dad. Es más, estos sen­ti­mien­tos y otros fac­to­res diver­sos, blo­quea­rán la memo­ria inme­dia­ta de la pacien­te (cora­za pro­tec­to­ra arri­ba ya men­cio­na­da) hecho que le per­mi­te no codi­fi­car toda la infor­ma­ción de un solo gol­pe. Apa­re­ce un perío­do de nego­cia­ción en don­de la pacien­te “nego­cia” sufri­mien­tos a cam­bio de recu­pe­ra­ción con su Dios o figu­ra en quien ella cree, que pue­de ser su médi­co tam­bién.

4.2 En la pacien­te se pre­sen­ta en mayor o menor gra­do una dis­rup­ción en sus rela­cio­nes inter­per­so­na­les, labo­ra­les, etc. y una eta­pa de inca­pa­ci­dad con res­pec­to sus acti­vi­da­des de la vida dia­ria. La pacien­te tie­ne que apren­der a detec­tar y uti­li­zar sus recur­sos y así reco­brar el con­trol de su vida, lo cual mejo­ra­rá su esta­do de áni­mo; así como a apo­yar­se en quie­nes le rodean y ellos a que la pacien­te no pue­de brin­dar las mis­mas aten­cio­nes que cuan­do esta­ba sana. Este “pen­sar pri­me­ro en sí mis­ma” es muy difí­cil para ella pues la mujer ha sido edu­ca­da para pen­sar pri­me­ro en las nece­si­da­des de los demás para satis­fa­cer­las (papás, her­ma­nos, pare­ja, hijos y aho­ra tie­ne que pen­sar antes que en nadie en ella).

4.3 El siguien­te paso es el ini­cio de la asi­mi­la­ción de lo que le está ocu­rrien­do, lo cual toma tiem­po de acuer­do al pro­nós­ti­co y de la per­so­na­li­dad de cada mujer. No es lo mis­mo saber que se requie­re una lipec­to­mía, una cua­dran­tec­to­mía o una mas­tec­to­mía par­cial o radi­cal. Tie­ne que vivir “el due­lo de su pér­di­da”, si es que per­dió uno o dos senos, gan­glios, etc.; si el pro­nós­ti­co es bueno y sólo se requie­re de un tra­ta­mien­to pre­ven­ti­vo o si se tra­ta de una lucha feroz por la vida en don­de gana la pacien­te o gana el cán­cer, o bien, si se tra­ta de un tra­ta­mien­to palia­ti­vo en espe­ra de un resul­ta­do fatal. El meca­nis­mo de la iden­ti­fi­ca­ción con otras pacien­tes en con­di­cio­nes simi­la­res se pre­sen­ta en esta fase y es útil para quien acep­ta a entrar a un gru­po de apo­yo social o tera­péu­ti­co, acor­de a sus nece­si­da­des y posi­bi­li­da­des.

La fase de asi­mi­la­ción se ini­cia con la nece­si­dad de saber más acer­ca de la enfer­me­dad, los tra­ta­mien­tos, etc. y poco a poco, a lo lar­go del pro­ce­so de tra­ta­mien­to y recu­pe­ra­ción, dicha asi­mi­la­ción de lo ocu­rri­do se va dan­do por par­te de la mujer. Al ini­cio de esta fase, algu­nas muje­res bus­can lo máxi­mo de infor­ma­ción acer­ca de lo que les está pasan­do o defi­nen tener con­fian­za cie­ga en su médi­co y ya no cues­tio­nan.

En esta eta­pa se pre­sen­ta el hecho de que la mujer y/o su fami­liar pidan una segun­da opi­nión médi­ca. Si la segun­da opi­nión es dife­ren­te a la pri­me­ra, ello se con­vier­te en mayor fuen­te de stress para la mujer, cuan­do en reali­dad lo que más nece­si­ta es con­fian­za en la rela­ción médi­co — pacien­te. Pasa por una eta­pa de due­lo si tuvo que per­der uno o dos senos para sal­var su vida. El apo­yo psi­co­te­ra­péu­ti­co o de gru­pos socia­les, es esen­cial en estos casos.

El pro­ce­so de asi­mi­la­ción de que se tie­ne o ha teni­do cán­cer, es el más difí­cil de todos debi­do al blo­queo emo­cio­nal que se pre­sen­ta en la mujer des­de que se le diag­nos­ti­ca esta enfer­me­dad. Ella pasa a la fase de con­fron­ta­ción sin dar­se mucha cuen­ta, por la nece­si­dad de actuar ante las suge­ren­cias médi­cas pero la cora­za de pro­tec­ción se encuen­tra pre­sen­te has­ta que la pacien­te pue­de llo­rar su due­lo y des­pués asi­mi­lar­lo.

Es más, esta cora­za pro­tec­to­ra, como ya se ha men­cio­na­do, inci­de en su memo­ria inme­dia­ta blo­quean­do gran par­te de las cir­cuns­tan­cias por las que tie­ne que deam­bu­lar pues el stress, la ansie­dad y la depre­sión están pre­sen­tes duran­te el lar­go pro­ce­so des­de el diag­nós­ti­co has­ta el tra­ta­mien­to. Pue­den pre­sen­tar­se sue­ños angus­tian­tes (pesa­di­llas) duran­te este perío­do, pues ellas actúan en su nivel incons­cien­te al ir asi­mi­lan­do su reali­dad. Insom­nio es otro de los pro­ble­mas que acom­pa­ñan esta fase. Para la gran mayo­ría de las muje­res, es reco­men­da­ble reci­bir una tera­pia de apo­yo indi­vi­dual o de gru­po. Algu­nas tie­nen que pasar ade­más, por tera­pias de reha­bi­li­ta­ción.

4.4 En el caso de tra­tar­se de una recu­rren­cia que cau­sa aún deses­pe­ra­ción, mucho más eno­jo y lue­go mayor depre­sión y des­con­fian­za de su tra­ta­mien­to o de sus médi­cos, que cuan­do se le diag­nos­ti­có por pri­me­ra vez. La ampli­fi­ca­ción de la inten­si­dad de las emo­cio­nes es aún mayor. La depre­sión pue­de reque­rir tra­ta­mien­to psi­quiá­tri­co. El apo­yo psi­co­te­ra­péu­ti­co (psi­con­co­ló­gi­co) es esen­cial pues pue­de ayu­dar ade­más en la recu­pe­ra­ción físi­ca.

5.La acep­ta­ción es un paso des­pués de que se ha asi­mi­la­do el hecho de tener cán­cer mama­rio. Sin embar­go, la asi­mi­la­ción y la acep­ta­ción reales por par­te de la pacien­te, toman tiem­po y a veces se pre­sen­tan para­le­la­men­te o aún des­pués de la con­duc­ta de con­fron­ta­ción del pro­ble­ma en bus­ca de solu­ción.

6.…con­fron­ta­ción del pro­ble­ma pues ésta empie­za des­de que se tie­nen que tomar medi­das para las diver­sas opcio­nes de tra­ta­mien­tos, estu­dios pre­vios si se requie­re ciru­gía, escu­char otras opi­nio­nes médi­cas, etc. Muchas pacien­tes rela­tan haber actua­do (con­fron­ta­do) auto­má­ti­ca­men­te, basa­das en sus redes fami­lia­res, socia­les y labo­ra­les. Otras se ensi­mis­man, pero tam­bién actúan por iner­cia.

Es más, muchas per­so­nas no recuer­dan las expli­ca­cio­nes dadas por su médi­co al reci­bir su diag­nós­ti­co. Son pocas las pacien­tes que rela­tan con abso­lu­ta con­cien­cia los pasos que dan, aún duran­te y des­pués del esta­do de cho­que emo­cio­nal. Estas pocas pacien­tes gene­ral­men­te toman las deci­sio­nes de su tra­ta­mien­to, con­jun­ta­men­te con su médi­co y su pare­ja pues son quie­nes bus­can mucho más infor­ma­ción acer­ca de lo que les está ocu­rrien­do.

Lo intere­san­te en los pasos de acep­ta­ción y de con­fron­ta­ción del pro­ble­ma es que para muchas pacien­tes es pre­fe­ri­ble que su médi­co tome un papel pater­na­lis­ta y las lle­ve de la mano en lo que deben hacer. Para otras en cam­bio, ser par­tí­ci­pes es impor­tan­te y por tan­to, es pre­fe­ri­ble para ellas el infor­mar­se lo más posi­ble para tomar deci­sio­nes en con­jun­to con su médi­co. El cómo reac­cio­ne cada mujer, depen­de de su his­to­ria per­so­nal, su carác­ter y/o de la cir­cuns­tan­cia de vida por la que está tran­si­tan­do así como el cómo está con­fron­tan­do su cli­ma­te­rio.

Los meca­nis­mos de defen­sa que pue­den pre­sen­tar­se son: ade­más de la nega­ción ya men­cio­na­da, forma­ción reac­ti­va, des­pla­za­mien­to de los sen­ti­mien­tos, com­pen­sa­ción y pro­yec­ción.

6.1 La con­fron­ta­ción a la muer­te es una cir­cuns­tan­cia muy espe­cial. Requie­re de un acom­pa­ña­mien­to pro­fe­sio­nal de tipo psi­con­co­ló­gi­co y de un gru­po social. La deses­pe­ra­ción, el eno­jo, el mie­do son sen­ti­mien­tos muy fuer­tes y final­men­te, se debe tra­ba­jar para la acep­ta­ción y la con­fron­ta­ción a la muer­te. Las fases por los que pasa una pacien­te en fase ter­mi­nal son des­cri­tos por Eli­za­beth Kubler-Ross: recha­zo, rabia, rega­teo, depre­sión y acep­ta­ción.

La pacien­te debe cono­cer su pro­nós­ti­co pues nece­si­ta la opor­tu­ni­dad de orde­nar sus asun­tos emo­cio­na­les, prác­ti­cos y mate­ria­les antes de par­tir y así lo hará con más tran­qui­li­dad. Ella debe hablar con las per­so­nas con quie­nes ten­ga o haya teni­do situa­cio­nes con­flic­ti­vas para poder des­can­sar en paz. Así mis­mo, su tes­ta­men­to y otros aspec­tos mate­ria­les son de impor­tan­cia para dicho des­can­so. Que­rrá dejar ayu­da­do al máxi­mo a sus seres que­ri­dos.

La fami­lia de la pacien­te requie­re de orien­ta­ción y apo­yo pro­fe­sio­nal tam­bién. Todos reque­ri­rán de plá­ti­cas fran­cas acer­ca de la situa­ción que los recon­for­ten y acer­quen.

7. La recu­pe­ra­ción físi­ca y emo­cio­nal toma tiem­po, aún si no se pre­sen­ta­ron com­pli­ca­cio­nes duran­te el tra­ta­mien­to. La memo­ria tie­ne que vol­ver a su esta­do ante­rior, la segu­ri­dad per­so­nal, la auto­es­ti­ma, la auto­ima­gen si fue nece­sa­ria la ciru­gía o se varió mucho en el peso; es decir, el auto­con­cep­to, requie­ren ajus­tes; el reto­mar las rela­cio­nes inter­per­so­na­les, labo­ra­les, etc. no es fácil. Requie­re de tiem­po y for­ta­le­za inter­na o exter­na. Por eso se habla del apo­yo psi­con­co­ló­gi­co.

El acep­tar y retor­nar a la vida sexual es un reto para la mujer y su pare­ja, muchas veces difí­cil de com­pren­der y lle­var a cabo a pesar de que ya se cuen­ta más con el opti­mis­mo de haber pasa­do este perío­do tan difí­cil. Se ha con­fron­ta­do, asi­mi­la­do y acep­ta­do. Se ha sal­va­do y apre­cia la vida y la salud en todo lo que valen. Se valo­ra a todos aque­llos quie­nes la apo­ya­ron; sus prio­ri­da­des de vida segu­ra­men­te han cam­bia­do.

Vol­ver a la ruti­na dia­ria ante­rior, reto­mar las ener­gías físi­cas y emo­cio­na­les ante el enor­me apren­di­za­je de tan­tos meses que siguie­ron pos­te­rior­men­te al diag­nós­ti­co no es fácil pero sí muy recon­for­tan­te. Muchas muje­res logran cre­cer de este perio­do, la mayo­ría lo hacen.

7.1 El meca­nis­mo que se da al fina­li­zar estos esta­dios es el de la subli­ma­ción. Algu­nas muje­res, desean hacer exten­si­vos los apren­di­za­jes per­so­na­les y pro­fe­sio­na­les a otras per­so­nas para que su deam­bu­lar en este pro­ce­so sea menos dolo­ro­so. Se sabe de quie­nes han escri­to libros, for­ma­do gru­pos de apo­yo social volun­ta­rio como los de Reto, Arco Iris entre otros.

Aspec­tos Psi­co­se­xua­les De La Pacien­te en el Cli­ma­te­rio Con Cán­cer Mama­rio:

En esta par­te del docu­men­to, se dis­cu­ten los aspec­tos psi­co­se­xua­les de la pacien­te con cán­cer mama­rio y duran­te su tra­ta­mien­to basa­dos en algu­nos con­cep­tos bási­cos (3, 4, 6, 7, 8, 9, 10) como lo son:

1.Que la sexua­li­dad es par­te inhe­ren­te del ser humano se encuen­tre sano o enfer­mo;

2.Que los aspec­tos sexua­les, están ínti­ma­men­te rela­cio­na­dos con los bio­ló­gi­cos, psi­co­ló­gi­cos y socia­les.

1.Que el con­tac­to físi­co de todo tipo entre los seres huma­nos y entre la pare­ja (del mis­mo o de dife­ren­te sexo) par­ti­cu­lar­men­te, es un ali­men­to emo­cio­nal y espi­ri­tual nece­sa­rio.

2.Que casi cual­quier enfer­me­dad y su tra­ta­mien­to (y el cán­cer mama­rio no es la excep­ción), afec­ta todas las face­tas de la vida de la mujer y su fami­lia y en ella se inclu­ye a la res­pues­ta sexual en sus fases de deseo, de exci­ta­ción y la de orgas­mo.

3.Que la auto­ima­gen, la segu­ri­dad per­so­nal (auto­con­cep­to) inci­den en la femi­nei­dad y éstas en la capa­ci­dad y con­cen­tra­ción para per­ci­bir las sen­sa­cio­nes sexua­les. Cica­tri­ces, abla­cio­nes, pér­di­da del cabe­llo, del vello púbi­co y facial, varia­cio­nes en el peso, males­ta­res físi­cos, pér­di­da del con­trol del cuer­po, se rela­cio­nan direc­ta­men­te con la sexua­li­dad.

4.Que las pare­jas sexua­les pue­den ser del mis­mo o del otro sexo, pues las pre­fe­ren­cias sexua­les de las pacien­tes pue­den mos­trar diver­si­dad y no ser nece­sa­ria­men­te basa­das en la hete­ro­se­xua­li­dad.

Nota: Es nece­sa­rio con­si­de­rar que no todas las muje­res que expe­ri­men­tan el cán­cer de mama tie­nen acce­so a espe­cia­lis­tas oncó­lo­gos y a los tra­ta­mien­tos moder­nos de qui­mio­te­ra­pia, radio­te­ra­pia, psi­co­te­ra­pia par­ti­cu­la­res y peor aún, para otras, ni el fácil acce­so a los ser­vi­cios de salud ins­ti­tu­cio­na­les.

Dis­fun­cio­nes Sexua­les En La Mujer cur­san­do el Cli­ma­te­rio, Con Cán­cer Mama­rio Y Duran­te Su Tra­ta­mien­to (3, 4, 7, 10):

Los pro­ble­mas más comu­nes de las muje­res en el cli­ma­te­rio son la atro­fia vagi­nal y/o insu­fi­cien­te lubri­ca­ción vagi­nal, que pue­den cau­sar dis­pa­reu­nia y con­se­cuen­te­men­te la pér­di­da del deseo sexual por temor al coi­to dolo­ro­so. Sin embar­go, es bueno hacer notar que las muje­res sexual­men­te acti­vas mues­tran menos atro­fia vagi­nal que las inac­ti­vas.

Algu­nas de las enfer­me­da­des fre­cuen­tes de esta eta­pa como son las infec­cio­nes e incon­ti­nen­cia uri­na­rias, etc. tam­bién afec­tan el esta­do gene­ral y sexual de la mujer. El cán­cer mama­rio y otras pato­lo­gías onco­ló­gi­cas, se están pre­sen­tan­do en Méxi­co con mayor inci­den­cia en las eda­des de 50 a 59 años (48.5 anos pro­me­dio) (2) y, que al ser diag­nos­ti­ca­do pro­vo­ca el reti­ro de la tera­pia de reem­pla­zo hor­mo­nal brus­co, cau­san­do males­ta­res que los que la mujer ya había supe­ra­do. Otro caso que pue­de pre­sen­tar­se debi­do al tra­ta­mien­to con­tra el cán­cer es la apa­ri­ción tem­pra­na de la meno­pau­sia.

Algu­nos de los com­pa­ñe­ros de las muje­res en cli­ma­te­rio, a su vez, pasan por pro­ble­mas ya sea de rela­ción de pare­ja en gene­ral o por baja de auto­es­ti­ma que los hace bus­car muje­res más jóve­nes o al menos fue­ra de matri­mo­nio pues pre­sen­tan pro­ble­mas de dis­fun­ción eréc­til con su pare­ja esta­ble. Ante la enfer­me­dad y el tra­ta­mien­to, los com­pa­ñe­ros (as) de las pacien­tes en estas cir­cuns­tan­cias tam­bién se encuen­tran den­tro del impac­to psi­co­ló­gi­co y sexual. Algu­nas pare­jas se sien­ten cul­pa­bles, dudan si pue­den demos­trar­le deseo sexual sin ofen­der­las o las­ti­mar­las.

Otros (as) más, temen a su reac­ción ante la cica­triz, fal­ta de seno (s). Algu­nos otros, exi­gen el “débi­to sexual” de la mujer sin impor­tar­les cómo se sien­ta ella. La fal­ta de pare­ja sexual esta­ble agra­va la situa­ción emo­cio­nal y sexual en la mujer, no tan sólo por la fal­ta de apo­yo amo­ro­so sino por el temor de no estar en capa­ci­dad de ser atrac­ti­va sexual­men­te en el futu­ro.

Las acti­tu­des / per­cep­cio­nes de otras per­so­nas que rodean a la mujer en estas cir­cuns­tan­cias, la edu­ca­ción reci­bi­da en cuan­to a su sexua­li­dad, con rela­ción al cli­ma­te­rio; lo que han oído sobre el cán­cer mama­rio y sus tra­ta­mien­tos, la infor­ma­ción con la que cuen­ta para con­fron­tar y acep­tar esta ame­na­za, con la con­se­cuen­te trans­for­ma­ción de vida, su habi­li­dad de adap­ta­ción, su segu­ri­dad per­so­nal, su auto­es­ti­ma, la exis­ten­cia y fac­ti­bi­li­dad de pla­nes de vida pre­sen­te y futu­ra influ­yen en el modo de con­fron­tar por par­te de las pacien­tes, a ambas cir­cuns­tan­cias de vida: cli­ma­te­rio y tra­ta­mien­to del cán­cer mama­rio.

Duran­te el cli­ma­te­rio y el tra­ta­mien­to del cán­cer mama­rio, ade­más de lo men­cio­na­do ante­rior­men­te, la irri­ta­bi­li­dad cau­sa­da por el insom­nio, la depre­sión, la fati­ga, el stress, etc. pue­den ser agen­tes cau­sa­les de alte­ra­cio­nes del humor en la mujer, lo cual pue­de pro­vo­car con­se­cuen­te­men­te el ale­ja­mien­to sexual en ambos miem­bros de la pare­ja. Los psi­co­fár­ma­cos tam­bién pue­den cau­sar baja de libi­do.

El tra­ta­mien­to de qui­mio­te­ra­pia y radio­te­ra­pia afec­tan el nivel de ener­gía, el áni­mo de vida, la auto­es­ti­ma, la segu­ri­dad per­so­nal debi­da a la pér­di­da del con­trol sobre el cuer­po, los cam­bios de auto­ima­gen lo cual se refle­ja tam­bién en el nivel de inte­rés sexual de ambos. Los com­pa­ñe­ros varo­nes, pasan a su vez, por pro­ble­mas de deseo y/o dis­fun­ción eréc­til. La fal­ta de pare­ja esta­ble sue­le agra­var la situa­ción emo­cio­nal y sexual en la mujer por el temor de no per­der su atrac­ti­vo sexual futu­ro.

A con­ti­nua­ción se cla­si­fi­can las dis­fun­cio­nes sexua­les, toman­do en cuen­ta a las pare­jas mas­cu­li­nas. Se orde­nan de modo gené­ri­co y fun­cio­nal para su mejor com­pren­sión:

(Esque­ma de H.S. Kaplan adap­ta­do por Mon­roy A. y cols. 1982)(3)

  DESEO EXCITACION ORGASMO
HOMBRE *deseo sexual inhi­bi­do.
*dis­rit­mia.
*fobia.
*alte­ra­cio­nes de la lubri­ca­ción
*dis­pa­reu­nia
*vagi­nis­mo
*anor­gas­mia
MUJER *deseo sexual inhi­bi­do.
*dis­rit­mia.
*fobia.
*dis­fun­ción eréc­til *eya­cu­la­ción pre­coz
*eya­cu­la­ción retar­da­da
o inhi­bi­ción de la eya­cu­la­ción.

En la mujer, en la fase de deseo se encuen­tran las siguien­tes dis­fun­cio­nes pro­ba­bles: la apa­tía sexual o deseo sexual inhi­bi­do, la dis­rit­mia o algu­na con­duc­ta fóbi­ca. En la fase de exci­ta­ción, la alte­ra­ción en la lubri­ca­ción vagi­nal y/o la dis­pa­reu­nia. En la fase de orgas­mo, la baja inten­si­dad del orgas­mo o la anor­gas­mia (7, 10).

Como ya se men­cio­nó, las pare­jas de las per­so­nas que cur­san el cli­ma­te­rio y que están sien­do tra­ta­das por cán­cer mama­rio, expe­ri­men­tan un impac­to psi­co­ló­gi­co que tam­bién pue­de afec­tar su vida sexual. En las pare­jas mas­cu­li­nas pue­den pre­sen­tar­se dis­fun­cio­nes en la fase de deseo: la apa­tía sexual, la dis­rit­mia o algu­na con­duc­ta fóbi­ca; en la fase de exci­ta­ción: la dis­fun­ción eréc­til; en la fase de orgas­mo: la eya­cu­la­ción pre­coz, la retar­da­da o la inhi­bi­ción del orgas­mo duran­te la intro­duc­ción. Todas ellas pue­den ser tra­ta­das con una tera­pia psi­co­se­xual espe­cia­li­za­da (10).

En los casos en que la pacien­te esté en su cli­ma­te­rio y se le pres­cri­ba el reti­ro súbi­to del tra­ta­mien­to hor­mo­nal de reem­pla­zo, debe ser infor­ma­da que entre otras cosas, pue­de dis­mi­nuir su libi­do (5, 10). La pobla­ción en gene­ral tie­ne poca infor­ma­ción acer­ca de la sexua­li­dad y en espe­cial de la rela­cio­na­da con el cán­cer y sus tra­ta­mien­tos diver­sos.

Por ello, la pare­ja pue­de temer inclu­si­ve, que el tocar a la mujer pue­da pro­vo­car la exten­sión o la recu­rren­cia del cán­cer o sen­tir­se cul­pa­ble de haber con­tri­bui­do a cau­sar el cán­cer por algu­na con­duc­ta sexual “inde­bi­da”. Pudie­se sen­tir recha­zo o temer no ser opor­tu­na en mos­trar deseo sexual e inclu­so temer a su pro­pia reac­ción al ver la cica­triz des­pués de la ciru­gía mama­ria par­cial o radi­cal. Tam­bién pre­sen­tar­se tener temo­res y fan­ta­sías debi­do a lo men­cio­na­do, ade­más de acti­tu­des y mitos por expe­rien­cias pre­vias y edu­ca­ción per­so­na­les (10).

En gene­ral, al hablar con las pacien­tes y sus pare­jas se acon­se­ja que el pro­fe­sio­nal de la salud tome en cuen­ta que pue­de suce­der que la mujer no posea infor­ma­ción sufi­cien­te acer­ca de la sexua­li­dad en gene­ral, duran­te el cli­ma­te­rio y acer­ca la enfer­me­dad y el tra­ta­mien­to en par­ti­cu­lar. Pudie­sen pre­sen­tar­se temo­res y fan­ta­sías, algu­nas cau­sa­das por la igno­ran­cia y otras más por otra etio­lo­gía psi­có­ge­na (5, 10). Si el médi­co no mane­ja cómo­da­men­te estos temas la pue­de refe­rir con un edu­ca­dor y/o tera­peu­ta sexual.

Es de espe­rar­se que la pacien­te expe­ri­men­te un mal esta­do gene­ral (fati­ga, can­san­cio, insom­nio y de áni­mo: depre­sión, angus­tia, ansie­dad, irri­ta­bi­li­dad) que afec­ten “su dis­po­ni­bi­li­dad sexual”. Así mis­mo que la dis­tor­sión o con­fu­sión de la auto­ima­gen por la ciru­gía, los cam­bios en el peso, en la acti­vi­dad físi­ca, pro­duz­can inse­gu­ri­dad en la femi­nei­dad y por tan­to en las situa­cio­nes ínti­mas. En otras pala­bras, pudie­se pre­sen­tar­se en la pacien­te, la inse­gu­ri­dad de ser atrac­ti­va sexual­men­te a la pare­ja. Es más, exis­ten pacien­tes que ya no desean vol­ver a mos­trar su cuer­po des­pués de una ciru­gía de seno. Es reco­men­da­ble que en estos casos la pacien­te sea refe­ri­da urgen­te­men­te a ayu­da espe­cia­li­za­da.

Es impor­tan­te para el médi­co, el explo­rar los aspec­tos psi­co­se­xua­les de las pacien­tes y brin­dar­les infor­ma­ción y orien­ta­ción acer­ca de su enfer­me­dad y sus posi­bles con­se­cuen­cias psi­co­se­xua­les.

Mie­dos Y Fan­ta­sías Más Comu­nes De La Pacien­te en Cli­ma­te­rio En La
Eta­pa Del Diag­nós­ti­co, Rela­cio­na­dos Con Su Sexua­li­dad (5).

Es muy impor­tan­te que el pro­fe­sio­nal de la salud ten­ga en cuen­ta los mitos y fan­ta­sías que exis­ten ante la sexua­li­dad, la mamo­gra­fía, la apa­ri­ción de un nódu­lo, etc.

  • La sexua­li­dad se debi­li­ta en el cli­ma­te­rio y des­apa­re­ce en la vejez.
  • La mas­to­gra­fía es muy moles­ta y / o dolo­ro­sa.
  • La sexua­li­dad ter­mi­na al lle­gar la meno­pau­sia y el cán­cer.
  • La reduc­ción fun­cio­nal de las glán­du­las sexua­les mar­ca el fin de la vida sexual de los seres huma­nos.
  • La mas­tur­ba­ción es una prác­ti­ca que debe evi­tar­se en todas las eda­des y más aún en la adul­ta.
  • La mujer que no mens­trúa ya no debe tener rela­cio­nes sexua­les.
  • Exis­ten afro­di­sía­cos para exci­tar a las muje­res.
  • Si se está este­ri­li­za­da, o his­te­rec­to­mi­za­da, o enfer­ma, se ter­mi­na la vida sexual.
  • Las per­so­nas mayo­res no tie­nen acti­vi­dad sexual.
  • La rela­ción sexual, si no tie­ne fines repro­duc­ti­vos, no tie­ne razón de ser.
  • A la mujer mayor decen­te o enfer­ma, ya no le deben inte­re­sar las rela­cio­nes sexua­les.
  • La rela­ción sexual en el cli­ma­te­rio ya no es satis­fac­to­ria, sino moles­ta.
  • La mujer con cán­cer ya no es atrac­ti­va sexual­men­te y ya no le debe inte­re­sar lo sexual.
  • La mujer sin seno (s) ya no es atrac­ti­va sexual­men­te.
  • El hom­bre no debe tocar o besar el seno enfer­mo, el pos­ti­zo o la cica­triz.
  • La mujer en tra­ta­mien­to de cán­cer, ya no debe hacer el amor pues no tie­ne con­trol sobre algu­nas fun­cio­nes diges­ti­vas (vómi­tos, náu­seas, dia­rrea, gases).
  • El cán­cer apre­su­ra la vejez.

CONCLUSIONES:

La caren­cia de una visión inte­gral e inclu­yen­te de los aspec­tos psi­co­ló­gi­cos es preo­cu­pan­te pues sabe­mos que el hecho de que las per­so­nas ayu­den con una acti­tud posi­ti­va ante ambos pro­ce­sos, tie­ne que ver con el enten­di­mien­to de las situa­cio­nes espe­cí­fi­cas en las que tran­si­ta, para mejo­rar el pro­nós­ti­co de su cán­cer y apo­yar su cali­dad de vida indi­vi­dual y de pare­ja (1, 3, 4, 5, 9). Con la fina­li­dad de que el médi­co esté en posi­bi­li­da­des de ayu­dar a la mujer , a su pare­ja y a su fami­lia en este tran­si­tar de for­ma que sea menos dolo­ro­sa des­de el pun­to de vis­ta emo­cio­nal, debe com­pren­der­la de mane­ra inte­gral y eso impli­ca cono­cer su esfe­ra psi­co­so­cial, cul­tu­ral y sexual. Es con­ve­nien­te tam­bién refe­rir­la des­de el prin­ci­pio a un psi­con­có­lo­go (psi­co­te­ra­peu­ta cono­ce­dor (a) de téc­ni­cas de apo­yo, acom­pa­ña­mien­to, escla­re­ci­mien­to rela­cio­na­dos con el cán­cer) y/o algún gru­po de apo­yo social con otras muje­res con pro­ble­mas seme­jan­tes de la pacien­te, (1, 5,7, 10, 25,).

Este pun­to, anti­gua­men­te muy deba­ti­do pues se pen­sa­ba que no todas las pacien­tes a quie­nes se les diag­nos­ti­ca­ba cán­cer mama­rio requie­ren de apo­yo psi­co­ló­gi­co, en la actua­li­dad se está enfo­can­do con más cui­da­do: todas las pacien­tes deben saber que requie­ren por lo menos de una eva­lua­ción psi­co­ló­gi­ca indi­vi­dual y si ellas lo soli­ci­tan, de un apo­yo psi­con­co­ló­gi­co des­de la fase de diag­nós­ti­co, duran­te su tra­ta­mien­to y un poco tiem­po des­pués de él. El tiem­po de la recu­pe­ra­ción y la reha­bi­li­ta­ción pue­de variar de una mujer a otra. El ries­go de haber per­di­do un seno o dos, el acep­tar la pér­di­da de ellos, el vol­ver a sen­tir­se feme­ni­nas, recons­truir su auto­con­cep­to (ima­gen cor­po­ral, auto­es­ti­ma y segu­ri­dad per­so­nal) ade­cua­do, pue­de tomar­le tiem­po.

Dicho apo­yo es nece­sa­rio para ella y para quie­nes la rodean a nivel fami­liar y de pare­ja. Es un apo­yo esen­cial que pue­de cola­bo­rar con la mejo­ría psi­co­ló­gi­ca y a su vez, ésta con su mejo­ría físi­ca, pues la per­so­na pasa por un pro­ce­so lar­go que le cau­sa stress, depre­sión, ansie­dad, angus­tia, temor. Lo ante­rior impli­ca, tan sólo un gran des­gas­te emo­cio­nal sino un des­equi­li­brio en la pare­ja, en la fami­lia y el en tra­ba­jo lo cual reper­cu­te en la acep­ta­ción y el avan­ce del tra­ta­mien­to onco­ló­gi­co espe­cí­fi­co (1).

*Agra­dez­co el apo­yo téc­ni­co de los doc­to­res Lego­rre­ta D., Love, S., Sán­chez Basur­to C., Sán­chez For­garch E., Olve­ra D., Velas­co M.L.

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